jueves, enero 29, 2009

La vida en un respiro.

Por estos días se publicó un artículo en el que se muestra la correlación que existe entre la concentración de partículas suspendidas menores a 2.5micras (0.0025mm, son lo suficientemente pequeñas para entrar en lo profundo de tus pulmones junto con el aire que respiras) y la esperanza de vida media (comentario sobre el artículo aquí, el artículo acá). Tengo que decir que dado lo bestia que soy para la estadística de verdad, ese tipo de estudios siempre me dejan pensando que tan válida o real es la relación causa-efecto que se establece, pero los que sí estén bien entrenados en eso podrán decir si el manejo de los datos, los métodos estadísticos y la interpretación de resultados los convence. El punto del asunto es que a menor concentración de partículas suspendidas en el aire, mayor esperanza de vida. O sea, independientemente de si eres rico o pobre, fumes o no, la calidad del aire afecta per se la cantidad de años que podrías llegar a vivir.

No se necesita vivir en una metrópoli para estar expuesto a un aire de baja calidad. Aquí en el llano, por ejemplo, la trilla de sorgo y la quema de campos nos deja sumidos casi todo el año en una nata de partículas suspendidas que a veces, por las noches, provoca que las luces de la ciudad se vean borrosas, como entre niebla; por la mañana, en los días más graves, una difusa linea gris abarca todo el horizonte (hubieran visto la de hoy, impresionante.). Morelia está igual, aunque ahí el problema es el aumento del número de vehículos y el hecho de que aún circulen muchos en pésimo estado, y creo que ya no hay ciudad de mediano tamaño en este país que no tenga el mismo problema.

Ahora, yo fumo. Eso quiere decir que aspiro humo con todas sus partículas y compuestos carcinogénicos y reduzco mi esperanza de vida por voluntad propia. Para muchos eso me descalifica para quejarme de la calidad del aire. Yo no lo creo, todavía tengo el derecho de decidir la dosis de partículas a aspirar (ríanse socarronamente si quieren, pero sí lo tengo). Pero no hablaré por mí esta vez. Mejor les recordaré a todos los que no fuman que también tenen ese derecho, y si decidieron no intoxicarse por su cuenta pues tampoco se dejen intoxicar en la vía pública. Exigan una legislación eficiente en control ambiental, si pertenecen a una organización ambientalista hagan ruido hasta el cansancio y más allá. Vayan a los noticieros locales y nacionales y dejen que ellos se encarguen de hacer un melodrama tremendo alrededor del caso. Afinen su coche. No quemen basura. Protesten contra la quema de pastos como método para limpia de bordes de carretera (aún recuerdo cuando casi se nos quema un almacén del Centro un sábado cualquiera, porque personal de la SCT llegó temprano a encender fuego a la hierba crecida a los costados de la carretera y luego se fue, sin que les importara que había viento y gente trabajando en el edificio ese del fondo) y no lo usen para limpiar su terrenito. Voten por la verificación obligatoria en su estado, y si creen que ya es mucho lo que pagan al gobierno por tener coche (estoy de acuerdo) propongan que se elimine la tenencia o que quede a la mitad (ya si son radicales, de plano condicionen la verificación a la desparición de ese impuesto absurdo). Si son parte de un comité juvenil de un partido cualquiera, inserten esas ideas, a lo mejor ganan votos. Hagan ruido, artículo en mano, hasta que su municipio se ponga las pilas en control ambiental, aprovechen que está de moda y que hacer caso a esas preocupaciones supone puntos buenos para cualquier político. Niéguense a que salir a respirar les baje como medio año de esperanza de vida, independientemente si usan las escaleras, si hacen ejercicio, comen verduras sin pesticidas o tratan sus males con puro remedio natural.

Digo, es una sugerencia. Así como exigieron su derecho a respirar aire limpio en su restaurant, café y bar favorito y nos sacaron a la banqueta, también procúrense aire limpio en el exterior. Y no, corrernos de la banqueta no lo soluciona.

Sí, lo acepto, hay algo de rencor en mis palabras, pero no por eso tienen menos verdad.

3 comentarios:

Gerardo P. Garcia dijo...

Pues es muy cierto, por ejemplo, cerca de tus rumbos se encuentra Salamanca que es de las peores, si no que es la peor, ciudades en cuanto a contaminacion se refiere en el pais, Ah pero aun asi quieren su segunda refineria (O sea, como??).
Y aqui en Leon, no cantamos mal las rancheras, la contaminacion esta por los cielos, y pues en gran parte es por las calles sin pavimentar (un 40% mas o menos), las carcachas chocolates (que no verifican, no pagan nada, ni licencia traen los monos que los manejan) y la quema de basura.

En fin, urge que las autoridades se pongan las pilas porque si no, ya nos cargo el payaso.

Y viendolo por ese punto de vista, la contaminacion generada por el cigarro es de menor magnitud que la contaminacion ambiental. Aclaro que no fumo.

PD no seas rencorosa, no deja nada bueno, mejor echate un cigarrito y todos felices :)

Anónimo dijo...

PUES CREO KE TIENES MUCHA RAZON Y ESO KE NO FUMO HEE.
SEGUN YO PREFIERO CORRER AL AIRE LIBRE QUE CORRER EN UNA CAMINADORA ENCERRADA CON UN MONTON DE GENTE KE NI CONOZCO.... CREO KE LO PENSARE MEJOR SUERTE KE ESTES BIEN

Aura dijo...

¡Hola Gerardo!
Sí, Salamanaca es un espectáculo impresionante. Y pues hay que hacer lo que nos toca también.

Anónimo:
¡Bienvenido(a! Jajaja... bueno, no es mi intención que dejes de correr, pero el punto es ese: hay que ver todo lo que se respira cuando sale uno a la calle.

 
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