domingo, diciembre 17, 2006

Partículas Suspendidas...clases, también.

Noviembre fue tiempo de cosecha en esta región de granos y zanates. Las trilladoras comenzaron a hacer labor hasta donde su capacidad se los permitía y mientras los granos eran separados, miles de millones de pequeños fragmentos de tallos de sorgo seco comenzaron a volar por los aires dispersándose alrededor.

Pasaron unos cuantos días, y los fragmentos más pequeños, mínimos, fueron acumulándose en el aire formando una densa capa de diminutos restos vegetales que oscurecía el horizonte en el más despejado de los medios días. Los campos más avanzados en la cosecha comenzaron a practicar la añeja costubre de la quema del terreno: más gris al ya oscurecido horizonte de este bajío, hogar adoptivo.

A mediados de Noviembre, todo citadino desentedido del campo podía darse cuenta que era tiempo de cosecha y quema, siempre y cuando se tomara el tiempo de disfrutar el atardecer. Gracias a los miles de partículas suspendidas en el aire, las puestas de sol en Irapuato se convirtieron en un espectáculo que yo no había visto: cada atardecer era un incendio, rojo como ninguno, extendido por todo el horizonte más allá de lo que corresponde a un atardecer cualquiera. Eran casi obscenos de tan coloridos, e impresionantemente duraderos.

Desde la casa regia, un departamento en tercer piso cuya ventana de la sala tiene una vista al oeste sin obstáculo alguno, el espectáculo era maravilloso. Uno podía olvidar facilmente lo que se respiraba diario. Era una vista para olvidar al resto del mundo.

Conforme pasó el mes las partículas de sorgo seco y quemado fueron volviendo al suelo de donde surgieron por acción de la implacable gravedad, y los atardeceres han disminuido en su intensidad, retomando un poco el pudor correspondiente al invierno cercano.

Una vez entrado Diciembre solo había una cosa en qué pensar, más mundana que los atardeceres y casi tan liviana como un fragmento de tallo seco de gramínea: VACACIONES. Volver al hogar materno, poder observar cada día el rostro del destino de mis anhelos, ver a los viejos amigos, dormir por puro gusto a deshoras y despertar de la misma manera.

Este fue el primer fin de semana de vacaciones. De momento, no necesito nada más.

jueves, noviembre 16, 2006

Crónica de un perro muerto.

Algo pasa cuando los seres vivos dejan de ser tales. Corrijo: Muchas cosas pasan cuando los seres vivos dejan de ser tales. Pocas veces, afortunadamente, podemos ver paso a paso las cosas que pasan en el cuerpo de lo que alguna vez fue un ser que andaba, se alimentaba y se comunicaba. Del cuerpo digo, porque es lo que esta a la vista; que el alma o la escencia es otra cosa y su discusión está siempre sujeta mucha polémica entre todos los esquemas y dogmas imaginables. El internet completo no alcanza para tratar el tema.

Uno de los seres vivos que más quiere la gente en general son los perros, eso animalillos que aprendieron a gesticular lo suficiente como para que los entendamos o creamos que los entendemos. Todo aquél que alguna vez ha tenido un perro y ha sufrido su muerte conoce la sensación de querer darle a su cuerpo un destino digno... cualquier cosa menos dejar que se pudra a la vista como cualquier pedazo de basura orgánica. Con eso se asegura uno de recordar a la mascota como fue en vida y nunca jamás por los hedores que generará después de ella.

Lamentablemente he tenido la mala suerte de conocer a un perro justo después de morir y hasta que se convirtió en prácticamente nada. Fue una pena. El primer día lo vi tirado, casi como dormido, como suele suceder con los cuerpos que recién dejaron de ser, en una banqueta de las que recorro diariamente en mi camino a tomar el camión. Día tras día en la mañana lo vi hincharse, pensando que ese día el camión de limpia municipal se lo llevaría. Obviamente el hedor aumentaba de manera proporcional con el volumen del peludo y otrora blanco can. Cada vez que salía de casa en la mañana me recordaba que debía cuzar la calle antes de llegar a ese punto, pero justo después me sumía en una serie de pensamientos que me hacía olvidar ese detalle hasta que mi nariz me hacía notar en dónde estaba.

Un día, como cuatro después que lo vi por primera vez, noté de reojo unos manchones negros: putrefacción a toda marcha, pensé, pero no era así. Alguien lo había grafiteado. Me pregunto si será interesante decir que grafiteaste a un pobre perro muerto. Para mí es mas bien algo enfermo.

Logré entrenar a mi memoria para que recordara lo de cruzar la calle, pero una mañana se me volvío a olvidar. La pestilencia era menos, pero suficiente para alertarme por dónde iba pasando. Ahí estaba: un tapete de pelos, y nada mas. Las bacterias y los gusanos hicieron su trabajo.

Ahora lo que alguna vez ladró, chilló y huyó de las piedras reales y simuladas estaba reducido a tierra y polvo (y un tapete de pelos). Pronto será pasto, luego será pasto seco y tal vez volará por los aires. Será otra vez tierra en otras partes, y será planta. Tal vez se lo coma un hervívoro que a su vez sea alimento de un cazador. Tal vez un día forme parte de un humano, uno que un día pase junto a un cadaver de perro, y tal vez le de mucho asco. Irónico.

sábado, noviembre 04, 2006

¿Y tú quién eres?

Ya lo sé todas mis crónicas tienen que ver con reuniones, estados relajados y celebraciones, entonces ¿qué clase de posgrado es éste? Uno muy serio, como todos los que se respeten, pero para qué quieren que cuente aquí en cada nota cómo pasan las horas mientras quemo mis pestañas y gasto mis retinas leyendo escribiendo y alucinando con YACs, BACs, contigs y otros inventos de la más pequeña de las hijas de la biología. No, definitivamente eso no es algo que quieran saber, créanme.

En cambio, hay de vez en cuando eventos que valen ser compartidos con cualquier distraído que se deje llevar por las fuerzas del ciberespacio y caiga por aquí. Uno de estos eventos fue la Fiesta de Disfraces para celebrar el culto universal por lo que está más allá de la vida.

No puedo decir mucho, que las imágenes lo hagan por mí:











Los de primero. Nota importante: Cuando esto sucedió la beca aún no llegaba así que todo fue de segunda mano.













Dar Beider (región 4)













Princesa Amidala (región 4), Jipi, Campanita y PiterPan












El porro de mota más grande con el que jamás han alucinado en su vida

















El Chapulín de ultratumba.....¿?


















Gangster y una chica del CanCan














Mmmm... y ahora ¿quién podrá defenderla?


















Batman en andropausia y ... ¿Tatiana Maravilla?



Cualquier cosa bizarra en cada foto, créanme, era peor en vivo y a todo color.

viernes, noviembre 03, 2006

Día Abierto, Cinvestav Campus Guanajuato

Cuando uno se dedica mucho a una cosa que le apasiona suele invertir mucho de su tiempo y su atención a ella, dejando un poco de lado lo que sucede alrededor. Esto sucede mucho en ciencia. Sin embargo, de vez en cuando se da la oportunidad de salir a compartir lo que hacemos, de tratar de explicarlo a gente que no tiene idea de lo que se trata pero que tiene curiosidad.

Cuando esto pasa, la oportunidad de contagiar nuestro entusiasmo se vuelve sumamente emocionante, y los esfuerzos que se hacen por lograr que el resto del mundo comprenda lo que hacemos sorprenden a propios y extraños.

El sábado pasado se dio esta oportunidad: toda la comunidad del CINVESTAV Campus Guanajuato se olvidó un poco de su quehacer de producción científica para dedicarse a la divulgación. Esto se hizo durante el DIA ABIERTO, cuando el Centro abre sus puertas a público en general y les explica de manera divertida todo lo que hacemos, por qué lo hacemos y cómo lo hacemos.

Fue una maravilla: Puestitos donde la gente pordía ver y aprender qué era un bioinsecticida, como mejorar cultivos, qué era un gen y una proteína; juegos de lotería y sopa de letras, cerreras de costales y muchos otros para los niños, obras de teatro y recorridos donde la gente podía pasar a ver los robots que se utilizan para la secuenciacion del genoma de distintos organismos (ahí estuve yo, de guía de turistas).

Yo encantada y la gente, al parecer, también

He aquí la reseña gráfica:












Erandi en su puestito de que explica cómo obtener DNA con lo que tienes en tu cocina.












Carreras de costales: Plantas contra insectos ¿Quién será más fuerte?












¡Lotería! ¡Lotería! El que gane se lleva su plantita.











Una obra que explicaba qué era un transgénico... ¿se los imaginan en el laboratorio?














Escribe tu nombre en lenguaje de DNA.











¿Como infecta un virus a una planta? Todo se explicó aquí, en la cinta Virulina.














¡Llévela, llévela, su playera del recuerdo, bara bara...!



No puedo quejarme, este fue un muy buen año para ingresar por varias razones: Primero, es el año del 25 aniversario (festejado el pasado 10 de Octubre); los ciclos de conferencias y las actividades culturares fueron muy interesantes. Segundo, el día abierto sólo se hace cada dos años, y esta vez nos tocó apenas entrando, lo cual permite que uno se integre a la comunidad del centro de muy buena manera, y finalmente el lunes entrante se hará la entrega a la Presidencia de la República de la secuencia del genoma del maíz. Muchos eventos para los pocos mese que llevo aquí.

La exigencia y el nivel de competencia del centro es alto, los proyectos tienen mucha calidad y el ambiente es inmejorable. No pude haber tomado mejor decisión.

Más fotos del día abierto aquí.



jueves, octubre 19, 2006

Fiesta!!

Muchas cosas pueden pasar en 15 días. Y estos 15 días han estado llenos de actividad. Siempre pasó por mi cabeza que alguien que estudia un porsgrado debería caractrizarse por un estado de máximo estrés, un estómago por lo general vacío (o alimentado a deshoras), un par de ojeras que revelen noches en vela y un cerebro acosado por un río sin fin de información que debe ser procesada y asimilada eficientemente en tiempo récord.

Bien, pues no estaba tan equivocada, excepto por un detalle. Esta experiencia ha sido mucho menos estresante de lo que esperaba. Lo he disfrutado maravillosamente y existes muchas razones para ello.

Por un lado, en este momento sólo esto teniendo cursos teóricos. A pesar de la complejidad de los cursos, el estrés compartido siempre es menor. Para esto claro, se requiere de un conjunto de personas dispuestas a enfrentar con humor las angustias comunitaria. Cuando no son una, ni dos personas, sino 7 u 8... bueno, esto se convierte en una eterna fiesta, que va desde los comentarios más simples hasta el más elaborado humor negro.

Simplemente no puedo ser más afortunada: hago lo que me gusta, comparto la experiencia con gente que posee un gran sentido del humor y el instituto ha logrado que me ponga la camiseta.

Precisamente en días pasados nuestros esfuerzos estudiantiles fueron enfocados a disfrutar de las fiestas de aniversario: conferencias muchas, alimento gratuito elegantemente servido y (ya por nuestra cuenta) largas noches de ofrendas a Baco y Terpsícore.

¡Qué hermosa es la vida de estudiante!


lunes, octubre 02, 2006

Un mes cumplido, quedan 23.

El sábado pasado terminó el primer mes de clases y lo terminamos con bombo y platillo (léase exámen). Un mes que parecieron tres. Tal vez más. Envejecí lo que normalmente se envejece en un año y dormir lo que se duerme normalmente en dos semanas. Afortunadamente éste fue el último exámen del curso. El fin de semana estaba libre de tensiones.

Yo, como era de esperarse volví a mis tierras con toda la añoranza que un estudiante puede cargar en su mochila junto con la ropa sucia y la cartera vacía.

¿Y qué hice en estos días de calma académica y nula presión neuronal? ¿Acaso llamé a mis amigos para salir y bailar toda la noche? ¿O me fugué con el destinatario de mis supspiros a vagancias como las de viejos tiempos ya idos? ¿O me uní a alguna excursión familiar para hacer productivo mi fin de semana?¡No! Claro que no. Lo único que hice fue dormir, y cuando no estaba dormida igual estaba vegetando en la oscuridad de mi cuarto entre mis gatos de peluche y mi gato de verdad. Solo un momento desperté de mi letargo para disfrutar en casa la compañía del objeto de mis afectos quien me hizo amena la mañana del domingo.

No creo haber perdido mi fin de semana, porque no pueden imaginar la deliciosa experiencia que es dormir sin angustia ni pendiente alguno.

Ñam. Ñam.

lunes, septiembre 25, 2006

Más vale pájaro en mano...

Si algo tiene Irapuato en exceso son pájaros. En mi vida había visto tal cantidad de aves en un solo lugar. Y es que alrededor (e incluso en algunos sitios al interior) de la ciudad abundan los campos de trigo y sorgo, lo cual debe ser muy atractivo para una parvada de cientos (¿miles?) de pájaros (todos de apagados colores) que ve aquí un paraíso de cereal y semillas en abundancia.

No se puede andar en la calle a partir de las seis de la tarde, porque todo es un desconcierto de canto de pájaros, nada melodioso y solo comparable con el ruido de los autos a hora pico sobre los cuales vuelan. Ni qué decir del miedo que inspira caminar por una calle sobre la que un momento sí y otro (más corto) no, surge de la nada un río de plumas y picos interminable amenazando con descargar lo que su organismo ya no desea conservar más.

A partir de esa hora los árboles tienen una dinámica más parecida a un hormiguero, y los cables de luz, teléfono y televisión se ven invadidos por estos especímenes creando un paisaje tan escabroso que cualquier fan del señor Hitchcock podría sentirse amedrentado.

Algún día tomaré una foto. Cuando tenga cámara.

domingo, septiembre 17, 2006

Untitled...

Viernes, con clases el sábado pero vierenes al fin y al cabo. Y para redondear, viernes patrio. Doble pretexto, doble necesidad de fiesta.

Era ya una necesidad de toda la generación entrante de biotecnólogos tener espacio y tiempo para perder la seriedad y destapar la mente atiborrada de tanto inglés, enzimas y otras maravillas que nos encantan pero que también nos han estado estresando tanto.

Por fin algún docto recién bañado por la gracia del anhelado grado decidió que su festejo debía ser para todos y atinó a colocar un anuncio que fue un alivio para nuestras mentes deseosas de esparcimiento comunitario: "Noche mexicana y titulación...". No había más que decir.

Llegamos a las nueve al lugar que se nos fue indicado: un terreno rodeado de una gran barda de ladrillos y una puerta negra. Tocamos. La puerta se abre automáticamente y nos recibe un vigilante. Nosotros, con las provisiones propias de la ocasión en la mano, preguntams si ahí era la fiesta. Nunca específicamos qué fiesta, pero el vigilante dijo que sí, que ahí era. Entramos. El jardín era enorme y muy bien ciudado. Había cancha de tenis y al final un lugar techado muy mono donde estaba reunida la gente. Llegamos un poco cohibidos ante la excelencia del lugar, pero luego no pudimos evitar la risa al ver que solo había familias, y que no conocíamos a nadie. Todos se nos quedaron viendo, pero nadie nos dijo nada. Era la fiesta equivocada. Mmm.

Botados de risa y ante la mirada escrutadora de los presentes emprendimos la graciosa retirada y llamamos al que nos había invintado: Estábamos a una cuadra del lugar. El sitio correcto estaba más de acuerdo a lo que esperábamos para una fiesta de estudiantes, por mucho que fueran de posgrado.

La noche pasó entre danzas y bebidas rituales, todo bajo control porque de todos modos el sábado teníamos clases. Y nos fuimos (en mi caso, más por necesidad que por ganas) a las dos y media.

El sabado en clase, algunos no pudieron evitar las reacciones orgánicas propias de una noche de excesos. Sin embargo yo me sentí bastante despierta, y es que para mí fue el descanso perfecto.

Por la tarde de ese mismo día esperábamos tener una concurrida tarde de café aprovechando que nos dejarían reposar ese fin de semana sin leer mayor cosa. El número de asistentes se vió considerablemente reducido debido a un rudo aguacero repentino. Los que ya estábamos en la calle tuvimos que mojarnos un poco. En fin. Ya pasada la lluvia recorrimos el centro y nos encontramos con la nota de que si bien irapuato no es una ciudad cosmopolita, puede tener algunos encantos para embobar a los paseantes:











Fuente de Aguas Danzarinas. Lo admito, son fotos de la red, pero no tengo cámara y mi celular es de esos viejitos que solo es teléfono y telégrafo electrónico. A falta de cámara, la red. Pero estuve ahi y sí se ven así de bonitas.

jueves, septiembre 14, 2006

Quince días...

Bien, pues ya casi cumplo quince días y apenas ayer se me hizo ir al cine. No me sobra dinero, pero bien podría haberme dado el gusto de salir a conocer los atractivos de Puebloquieto el pasado fin de semana.

Pero si es verdad que estando la panza llena se tiene al corazón contento, también es cierto que al que bien duerme nada le duele. De martes a sábado cambié de fecha con la mirada clavada en hojas impresas, en un idioma que por más universal que quiera ser no será el mío nunca. El viernes ví el amanecer, o mas bien no lo vi, porque estaba en vela cuando sucedió pero mi mirada estaba absorta en la pantalla de una computadora. Luego entonces no puede tener mejor fin de semana que recuperar en lo posible las horas de sueño perdidas, que al dormir también se vive y si no pregunten a los que sufren de insomnio inexplicable, que son muchos en estos días.

Llegó el lunes, y las lecturas seguían llegando cual plagas antiquísimas, sin que parecieran tener fin. Y si bien es cierto que estoy aquí por gusto, todos los extremos son malos y la mente como el cuerpo requiere de válvulas de escape con cierta regularidad.

Así que a pregunta expresa de mis cohabitantes, no pude más que decir que sí, que por favor, que no nos tardáramos más y partiéramos rumbo a la sala de cine. ¿A ver qué? No sé, la cartelera es algo que hace mucho no consulto y de la tele nomás me acuerdo de vez en cuando.

Llegamos por fin y alguien sugirió ver Muerte súbita, por mí podríamos haber escogido al azar pues no tenía referencia de nada. Entramos y fue una agradable experiencia (excepto por la voz del convicto negro que es más enfadosa incluso que la mía, lo cual ya es mucho, pero mucho decir). Una película de acción típica de policias americanos, autos chocados, balazos, explosiones, chismosos, un héroe que no es la mejor persona del mundo pero es el mejor ejemplo del hijo pródigo vuelto para arrepentirse de todo y ser el mejor y más querido.

Nada que te exija usar el cerebro pues. Pude apagarlo entonces y sentir el agradable descanso neuronal como quien siente alivio de su sed en los mediodías atormentadores de Irapuato.

Hoy no hubo mas lecturas. Gracias, mil gracias.

sábado, septiembre 02, 2006

Entre pájaros y lagos.

Todo empezó por la carencia de una superficie que no fuera el duro, frio y bajo suelo, donde pudiera poner mi montón de chucherías dentro demi nuevo aposento. Saliendo de mi primer día de actividades y aprovechando que aún no tenía ninguna fea tarea que hacer dirigí mis pasos al barrio viejo, al centro pues, donde habría de encontrar toda clase de pupitres, centros de cómputo, escritorios y cosas por el estilo. Yo, que solo quería una mesita simple, una superficie con cuatro patas, me dí cuenta que ya nadie entre los muebleros las maneja. Lo simple pasó de moda. El resto de objetos que servía para lo mismo eran muy monos pero no podía solventarlos. Al menos no en estos días en que la beca aún no llega y lo que tengo está ya repartido entre alimento, transporte, pagar la renta y los servicios. Eso de ser gente grande no deja muchas ganancias, definitivamente.

Finalmente, después de recorrer la parte más simpática y maquillada del centro (muy mona, por cierto) decidí encaminarme al boulevard donde está Aurrera, Soriana y la Central, y que está a tres o cuatro cuadras de la última calle bonita del centro y por donde pasa el camión que me lleva a mi casa.

Ahí voy, andando en dirección opuesta a como llegué, sin conocer pero con la certeza de que voy en el rumbo correcto. Las calles pierden cada vez más el encanto. Son más simples, más sucias tambien. Luego, caigo en la cuenta de que he pasado por tres cantinas en una cuadra: paredes grafiteadas, puerta al estilo Old West (muy pero muy old), y con nombres tan crudos como Aquí gozas, El compadrito, y cosas así. Centros de vicio, de recreación acompañada de cerveza y cigarro, de albur, de mala leche. ¿Dónde andaba? Yo no pasé por aquí para llegar al centro.

"Voy bien" me decía, segura de que el rumbo era correcto, aunque en el fondo empezaba a dudar. Pasa un hombre con una gasa a medio cachete. El brazo tatuado y una argolla en la oreja. Sonríe, no a mi, a una niña de colitas y mochila de Winnie Pooh que lleva de la mano y que le dice apá. Luego veo venir un hombre en bicicleta, rapado, con camisa a cuadros y bermuda de mezclilla hasta la pantorrilla, muy, pero muy holgado, cicatriz en la cara. "Hay mucha gente, son las cuatro de la tarde..." pienso, para aplacar mis nervios. Él pasa de largo, ni me voltea a ver. Respiro. Decido poner cara de palo. Es un hecho. No debo volver a pasar por aquí. La calle, Lerdo de Tejada. Nunca más.

Decido dar vuelta a la izquierda en la siguiente esquina, para llegar a la calle por la que llegué al centro, mucho más agradable. Antes de que eso suceda, por fin visualizo a dos cuadras cortas, el camellón, los señalamientos, los semáforos: El boulevard. Definitivamente el rumbo era correcto, la diferencia fueron dos cuadras a la izquierda.

Conforme me acercaba al boulevard alcancé a pasar otras dos cantinas, los nombres empezaban a ser menos burdos: El lago azul, El pájaro azul. Todo azul. Por mí podrían ser verdes, amarillos o tricolores, con tal de no volver. Pero tuve que volver.

Cuando subí al camión, vi como dió vuelta hacia territorio recién descubirto. No las repasaré todas, pero ahora, cada vez que quiera volver del centro comercial a mi casa, tendré que volver a pasar por el nada poético Lago azul.

viernes, septiembre 01, 2006

...y cuenta nueva

Pues no, no fue borrón. No puede serlo. Gran parte de lo que ahora es otredad sigue estando vigente en mi vida. Lo más importante trasciende, sin importar la línea divisoria que se ponga por delante.

Por todo lo demás, sin embargo, podría decir que acabo de empezar una nueva etapa, porque todo es nuevo: ciudad, casa, gente... todo. Incluso la necesidad de ser conciente de presupuesto, tiempos y deberes domésticos. No es que nunca haya echo nada en casa, pero siempre está má que en una urgencia proporciona apoyo, cariño y alivio. Eso se acabó.

Además el nivel de exigencia nunca había sido tanto y estoy por probar mi sistema de adaptación.

Quiero, pero querer no es todo. Espero, con todas mis víceras, poder.

jueves, agosto 10, 2006

¡AL CADALSO!

¿Quién inventó la burocracia? ¿QUIÉN?

Tal vez los banqueros medievales o los señores de los feudos, que para no perder la cuenta de quién les debía préstamos o impuestos empezaron a llevar registros, inventando los apellidos, los contrantos y cosas por el estilo.

O que tal algún antiguo ejército que quería lleva la cuenta de activos y bajas, de nuecos reclutas, provisiones o cualquier otra cosa que no querían olvidar.

O tal vez algún conquistador que para asegurar que nadie se le echara al cuello después, comenzó a pedir que la gente a su alredeor estuviera perfectamente registrada y, por ende, contralada.

No sé. no sé quien fue, pero en estas semanas quien o quienes fueron responsables (y perpetuadores) de semejante invento del mal han recibido cuantos improperios puedo escupir (y no son pocos) y han sido blanco de mi más virulenta ira.

Entre Hacienda, tesoserías varias, instituciones multicolor y de diversos propósito he andado de arriba a abajo, haciendo, deshaciendo y volviendo hacer... qué fea es la burocracia.

Por eso yo no quería ser grande.

martes, agosto 01, 2006

Para el hombre de bíblico nombre...

Hay cosas que duelen, mucho, poquito, nada. Y otras que solo preocupan, u ocupan, o asustan.

De irme, me asusta ser la nueva (pero es parte del encanto), me ocupan los papeles y los mil y un trámites, me preocupa dar el ancho.

No duele avanzar, pero duele poquito dejar compañeros y consanguíneos atrás.

Pero para doler, lo que se dice doler de veras, duele mucho dejarte a ti. ¿Ya ves? ¿Para qué no te vas conmigo?

Pero sí te vas, porque eres parte de mi equipaje, como quien dice, requisito indispensable para vivir y sobrevivir en cualquier parte. Te llevo en una foto y un peluche, en el último beso y muchos, de verdad muchos recuerdos. Te llamo en los sueños y en los ensueños. Sé que responderás porque nunca te has negado.

Pero no te vas porque tu vida se queda aquí, y aquí va a estar siempre. Y si tu vida se queda, la mitad de la mía también. Entonces nunca me iré por completo. Entonces he de volver, nada más a descubrir que irme, lo que es irme, nunca me fui.

Hay cosas que duelen mucho, poquito, nada.

Cuatro horas de distancia duelen mucho. Y no puedo dejar de pensar en eso, y me curo de dolor a priori pensando que siempre habrá un fin de semana, un receso, un puente, vacaciones que acorten el espacio, de allá hacia acá o viceversa.

Hay cosas que duelen, pero que las tienes que sufrir. No hemos de ser nada antes de pasar por ese fuego forjador. Entre más cale, más fuerte te hace, a menos que te chamusques en el intento.

Hay cosas que duelen, pero en lo que llegan hay que aprovechar el abrazo, el beso; hay que generar el recuerdo, para que esas cosas, cuando las tengamos enfrente, duelan menos, poquito, nada.

Je t’aime beaucoup


domingo, julio 30, 2006

Este cuento se acabó...

Se me acabaron las vacaciones. Me la pasé en mi casita la mayor parte del tiempo, le di tiempo al tiempo para que pasara y yo lo disfrutara como se merece cualquier mortal que haya sido victima de estos tiempos modernos, donde solo los hiperactivos tienen lugar.

No hay nada de malo con la flojera, mientras te permita con obtener alimento y no lastime a nadie. Y tengo el apoyo de un galeno que de lo que es bueno para el cuerpo debe de saber bastante. Así que estos quinces días fueron una oda al reposo casi absoluto.

Con excepciones, como ir a comer a Oponguio, conocer a los nuevos sobrinos putativos, ir a ver a los ahijados que todavía no son, y checar aparatejos delicados de vez en vez, con esas excepciones decía yo, estas vacaiones le dediqué mi tiempo a la razón de mis desvelos y la razón de mis cefaleas (esta última soy yo misma), y de repente hasta me dio por hacer algo de ejercicio. Vaya, lo que hace el ocio. ¡Ah si! y empece a leer otra vez una de las lecturas que hace muuuuucho, pero muuuucho, había dejado en el olvido. Bonito que se siente.

Pero mañana, a la normalidad del tiempo medido. Nada es eterno, por suerte.

Qué caray.

martes, julio 25, 2006

Genealogía en caliente.

De repente me domina la ascendencia anglosajona que todo mexicano posee en lo más recóndito de sus genes más conservados. O al menos eso parece. No importa que mi piel sea morena (de un tono amarillento de repente), o que mis ojos y mis cabellos sean más negros que la noche, ni que las actas de nacimiento (o bautismales) hasta 3 generaciones antes que yo esté firmadas por jueces (o sacerdotes) mexicanos. Y no lo digo por que haya sufrido un ataque de malinchismo febril, o quiera huir de ser parte de este pueblo que últimamente tiende por el escándalo y la impugnación; no, no no.

Lo digo porque esta hipótesis me permite tener un origen a mi aversión casi patológica al calor. Yo no puedo estar en un lugar a 30 grados porque mi sensible cuerpecito cree que son por lo menos 35, entrando en un estado de trance para mantener la homeostasis y evitar morir como un güerito cualquiera por golpe de calor. Este estado de trance me impide pensar bien, hace que me duela la cabeza y por ende, que me ponga de muy mal humor. Entonces tengo que dormir, solo para despertar en un mar de jugo glandular que me da propiedades aromáticas y de adheribilidad, lo que me pone todavía de peor humor.

Lamentablemente, a diferencia de los franceses, con los que comparto terrible angustia, yo no tengo dinero con qué hacerme una playa artificial a los lados del río (o el arroyito que se hace en la calle cuando llueve) y echarme a pensar que estoy en Ixtapa (en Acapulco ya no, porque yo si me asusto con las noticias lúteas).

La buena noticia es que ha estado lloviendo mucho, por lo que la temperatura ha bajado y mi humor se ha mantenido en un nivel muy aceptable. Lo malo es que las colonias de siempre ya se volvieron a inundar. Lo bueno es que yo vivo en la punta de la loma y yo no me inundo. Lo malo... ah no... ya no hay otro malo.

En fin, en lo que descubro por qué mi termostato no se dio cuenta que soy mestiza amorenada y no güera del norte de europa seguiré esperando que mientras sea verano le dé al cielo por llover (aunque sea poquito, pa'que refresque y no se inunde).

viernes, julio 21, 2006

"El factor dios"

Por José Saramago.
Publicado el 18 de Septiembre de 2001, en el diario El País.

En algún lugar de la India. Una fila de piezas de artillería en posición. Atado a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la fotografía, un oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar. No disponemos de imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa de las imaginaciones podrá 'ver' cabezas y troncos dispersos por el campo de tiro, restos sanguinolentos, vísceras, miembros amputados. Los hombres eran rebeldes.

En algún lugar de Angola. Dos soldados portugueses levantan por los brazos a un negro que quizá no esté muerto, otro soldado empuña un machete y se prepara para separar la cabeza del cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la segunda, esta vez hay una segunda fotografía, la cabeza ya ha sido cortada, está clavada en un palo, y los soldados se ríen. El negro era un guerrillero.

En algún lugar de Israel. Mientras algunos soldados israelíes inmovilizan a un palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de la mano derecha. El palestino había tirado piedras.

Estados Unidos de América del Norte, ciudad de Nueva York. Dos aviones comerciales norteamericanos, secuestrados por terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las torres del World Trade Center y las derriban. Por el mismo procedimiento un tercer avión causa daños enormes en el edificio del Pentágono, sede del poder bélico de Estados Unidos. Los muertos, enterrados entre los escombros, reducidos a migajas, volatilizados, se cuentan por millares.

Las fotografías de India, de Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara, las víctimas se nos muestran en el mismo momento de la tortura, de la agónica expectativa, de la muerte abyecta. En Nueva York, todo pareció irreal al principio, un episodio repetido y sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente arrebatadora por el grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales, pero limpio de estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos triturados, de mierda.

El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que saliésemos de la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera vez 'aquí estoy' cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen de escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será una cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax aplastado.

Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya conocido por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda- de-un-millón-de-muertos, de aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas ejecuciones en estadios llenos de gente, de aquellos linchamientos y apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepultados vivos bajo toneladas de arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y calcinaron Hiroshima y Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas, de aquellos camiones para retirar cadáveres como si se tratase de basura.

Siempre tendremos que morir de algo, pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos muertos de las peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en nombre de Dios. Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana.

Al menos en señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real. A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa.

Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la Historia. Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero el `factor Dios´, ese, está presente en la vida como si efectivamente fuese dueño y señor de ella. No es un dios, sino el `factor Dios´ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra...) la bendición divina. Y fue en el `factor Dios´ en lo que se transformó el dios islámico que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los desprecios y de la venganza contra las humillaciones.

Se dirá que un dios se dedicó a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia.

Al lector creyente (de cualquier creencia...) que haya conseguido soportar la repugnancia que probablemente le inspiren estas palabras, no le pido que se pase al ateísmo de quien las ha escrito. Simplemente le ruego que comprenda, con el sentimiento, si no puede ser con la razón, que, si hay Dios, hay un solo Dios, y que, en su relación con él, lo que menos importa es el nombre que le han enseñado a darle. Y que desconfíe del `factor Dios´. No le faltan enemigos al espíritu humano, mas ese es uno de los más pertinaces y corrosivos. Como ha quedado demostrado y desgraciadamente seguirá demostrándose.


martes, julio 18, 2006

Y sin embargo se mueve...

Y vaya que si lo hace. La humanidad podrá proclamarse con el derecho de habitar la región que le venga en gana, ya sea por razones históricas, económicas, o por vil vanidad y egolatría (¿quién dijo que no se puede vivir en los polos, en el desierto, sobre el mar en una isla artificial? ¿quién?). Podremos esgrimir los más complejos argumentos, las más ridiculas escusas y las mas forzadas razones, pero la verdad es que al ente que es nuestro planeta, cualquier cosa que digamos le viene valiendo un soberano cuerno.

La Tierra sigue su curso, cumple su ciclo, se ajusta a las modificaciones extremas que hemos provocado y continúa su existencia sin el menor miramiento a cualquier asentamiento humano, estructura fabulosa o maravilla arquitectónica. Si las placas tectónicas tienen que chocar, por inercia de miles de años de lento desplazamiento, entonces simplemente lo van a hacer y no hay poder humano que lo evite. Con este tipo de cosas solo podemos esperar que no nos toque. Esto es vil azar (o caos, que los matemáticos están determinados a predecir en lo posible).

Pero si algo bueno tenemos los humanos (aunque por ello hayamos tenido que comer con el sudor de la frente y tener hijos con dolor) son las ganas de conocer y saber todo, de buscar patrones y predecir eventos de manera precisa y sin charlatanerías síquicas. Y movimientos telúricos como los que pasaron en la Isla de Java pudieron preveerse.

Los gobiernos pudieron (y pueden todavía) formar estructuras físicas y de servicios que permitan actuar con prontitud para perder la menor cantidad de vidas posibles ante eventos naturales, tan libres de malicia, como es un reacomodo terrestre; para que un aviso de 45 minutos de antelación, alcance si quiera para evacuar las zonas más cercanas a las costas, o para a que la atención de tantos heridos, damnificados y desplazados sea más efectiva. Lo mismo para quienes deben vigilar el bienestar de poblaciones que 6 de 12 meses al año se la pasan inundados por lluvias constantes, huracanes y otros fenómenos.

Sin embargo no es así, aquí y en la mayoría de los países, los gobiernos se preocupan de que la gente los recuerde por alguna obrilla por ahí, por un buen discurso, para que nadie se fije en la tajada de bien público que se adjudican cada periodo. Quienes quieren gobernar están más preocupados por ser el gallo más gallo antes que por proponer soluciones verdaderamente útiles. Otros, que no tienen suficiente con las desgracias naturales, deciden convertirse en una fatalidad en sí creando guerras a diestra y siniestra, prolongado círculos viciosos de guerras de mil años.

Lo único que digo es que el planeta va a seguir su camino, caigamos o no en cuenta de ello, y mientras sigamos esforzándonos más en perder nuestro tiempo en pequeñeces va a pasar menos tiempo del esperado de aquí a que el planeta vuelva a la infinita calma que implica no poseer ninguna forma de vida "inteligente".

Fin.

domingo, julio 16, 2006

Ciclos

El tiempo corre sin ninguna consideración. Basta pensar que hace 10 meses iniciaba una etapa en la que no sabía qué iba a ser de mi vida como egresada de una universidad pública. Eventos ventajosos fueron dándose uno tras otro, al punto tal que hoy, casi un año después me encuentro otra vez a punto de terminar otra etapa, con mi futiro definido (al menos en idea) por los próximos dos años.

Estoy convencida que la vida hay que planearla a corto plazo, aunque siempre sea bueno tener idea de lo que uno quiere ser y hacer dentro de muchos años. Pero al pasito, éso es lo mejor que podemos hacer, pienso. Se hace camino al andar, dice la canción y yo no puedo estár más de acuerdo.

Eso sí, iniciar un nuevo ciclo siempre es toda una experiencia, conocer nuevos lugares, pesonas, experimentar diversas circunstancias, ponerse a prueba, correr riesgos. Sentir otra vez dolor de panza a priori. Especular, imaginar, presentir. Pero avanzar, siempre avanzar. Recordar lo mejor de lo que queda atrás y cargar sólo con eso.

¿Qué tanto vendrá? Solo el tiempo lo dirá.

martes, julio 11, 2006

Y para tí...

...un abrazo largo, muy largo y un suave beso en la mejilla. ¿me dejas dártelo en los labios?

miércoles, julio 05, 2006

GRACIAS...

...por pasar tus años junto a mí.


Otra de Leonardo...

Por si fuera poco haber sido un gran artista, iniciar de nuevo al mundo en la anatomía y fisiología del cuerpo humano, crear artilugios mecánicos de cualquier clase, además Leonardo Da Vinci se dió tiempo de investigar los mecanismos de la fonación y el perfeccionamiento de sonido. Matemático, ingeniero nato, diseñó (haciendo uso de un dibujo técnico que él mismo perfeccionó) una cantidad impresionantes de instrumentos imaginarios que bien recuerdan a los pianos modernos, el acordeón y otros que ya no son novedad para nosotros, pero que fueron de nuevo concebidos y construidos algunos siglos después.

Sus anotaciones son una muestra de paciencia y genialidad, un gran talento para el trazo y para lograr describir con él los mecanismos más simples y muchos otros más complejos. Su escritura al revés es el reflejo de una mente inquieta, demasiado inquieta. ¿Como pudo imaginar tanto en una sola vida? Es cierto, entonces no existía la tele.

Leonardo y la música, es una excelente expocisión, con la construción fiel (hasta donde es posible) de los instrumentos ideados por este genio, así como el acceso a los códices digitalizados que contienen sus diseños. También incluye una serie de video conceptuales y una sala interactiva donde puede uno tocar algunos de los instrumento y recrear los experimentos sobre el sonido que él describió.

Simplemente excelente. La expo estará en Morelia hasta el 20 de Julio, luego se irá a a pasear por distintas ciudades de la República. Muy recomendable. Si tuviera un ranking de estrellitas de 0 a 5, le daría las 5.

viernes, junio 30, 2006

¿De qué se trata?

El día de ayer debió haberse terminado toda proaganda política a favor de cualquier monozonzo de esos que anda por ahí construyendo castillos en el aire con dinero del erario público. Qué bonitas se iban a ver las calles otra vez sin esos montones de plástico colgante con las falsas sonrisas de maquillados candidatos, más preocupados de cómo se ven que de lo bueno que puedan aportar.

Ya es viernes, y nada.

Camino a mi casa, esquina tras esquina, poste tras poste, las mismas caras odiosas a fuerza de verlas incansablemente, las caras de los que quieren ser diputados, senadores, presidentes. Amarillo, verde, rojo, azul... nunca esos colores fueron tan aborrecidos (bueno, el amarillo sí, nunca me ha gustado, y que conste que eso no tiene que ver nada con la izquierda).

Ensuciar así las calles, provocar tal contaminación visual (y ambiental también porque a la basura es a donde tanto plástico va dar) y hartar así a los pobres cristianos, musulmanes, judíos, ateos, gnósticos, indecisos o de cualquier ideología que andan por ahí haciendo su vida diaria debería ser delito. Hacer tal gasto para algo tan, pero tan inútil, habiendo tantas necesidades en el país debería ser un crimen de lesa humanidad.

Pero la crítica debe ser constructiva, y mi aportación es: Las leyes pueden refomarse para considerar sancionar a los partidos que no se encarguen de recoger toda su basura propagandística en las fechas indicadas. ¿Cómo? Reduciendo su presupuesto para la siguiente campaña en función de la cantidad de propaganda no retirada, donde la sanción menos grave sea de por sí bastante alta.

Por lo pronto hoy iba en la combi viendo como un candidato a diputado y dos a senadores (que posaban junto al candidato presidencial de su partido) iban navegando con su mueca intacta a través del Rio Chiquito. Y luego que porque no se drena el agua de las lluvias y se indundan las colonias.

domingo, junio 18, 2006

San Antonio Carupo. GALERIA.









IZQ. San Antonio desde la autopista. DER. Jordi y su noble corcel, El Azul.









IZQ. Tiempo de crianza en Carupo. DER. Piedras grabadas.









IZQ. "Ceremonia"DER. The ultimate cowboy O_o


San Antonio desde los Palacios.
Hace mucho leí en algún lugar que, a diferencia de los de otros países (principalmente europeos), los pueblos de México parecen surgir de la tierra, son uno con ella; que no interrumpían el paisaje natural, sino que eran parte de éste. Esta vista me hizo saber lo que el autor quería decir.











IZQ. Los Palacios. DER. El Azul en merecido descanso. Al lado, la China.







Bajando del cerro.
Los muchachos con sus ofrendas bailando en las faldas del cerro.












IZQ. Ofrendas al hombro, y vámonos. DER. "A la tierra que fueres..."








IZQ.Hasta los caballos bailan. DER. Mojigangas.








IZQ. Acabándose los tacones. DER. Flores de asfalto.




Visiones etílicas. Monumento a la independencia, por aquí pasó Hidalgo cuando la insurrección de 1810. Para cuando pasamos por aquínos dimos cuento que lo mejor era ir a cenar si queríamos aguantar hasta que la banda dejara de tocar.

viernes, junio 16, 2006

La Alborada

Antes:

¿Qué hacíamos en San Antonio?
Los Palacios.
El Pino y la Flor.

Todo el jolgorio previamente relatado se llevó a cabo el lunes 12, pero el día de San Antonio de Padua es el 13, por lo que es evidente que el martes siguieron las festividades. En primer lugar, muy temprano la banda comienza de nuevo el recorrido por el pueblo, con todos los que se pudieron levantar de la fiesta anterior. Esta vez van recorriendo las casas donde haya un Antonio y les tocan con especial dedicatoria. La familia de la casa les ofrece a cambio un cafecito o más vino, cualquiera de los dos muy buenos remedios para la cruda (aunque habrá a quien todavía no se le corte la borrachera). Esto se conoce como la alborada.

Durante el día se lleva a cabo la misa en honor del Santo Patrón, y si hay los casos, los niños celebran el sacramento de la comunión por primera vez. Por supuesto, la capilla ha sido adornada previamente con hermosos lienzos blancos y morados, así como flores y hojas de pino, lo que le da al pequeño recinto un aroma muy particular y muy agradable.

Altar de la Capilla

Vista general de la capillas que las hacendosas muchachas se esmeraron en adornar.

Finalmente, por la tarde y hasta la noche se ofrece a la comunidad el baile, amenizado en esta ocasión con equipo de sonido que toca de todo para todos. Y la fiesta, otra vez, dura hasta que el cuerpo aguante. Insisto, quién fuera Santo para que en su honor se hiciera tanto.

Nosotros ya no disfrutamos de esta segunda parte, ya que el deber llamaba y emprendimos la graciosa huída a la dura realidad el martes despues de almorzar. Pero durante el almuerzo la china nos dio santo y seña de lo que estaba por ocurrir en su comunidad. Como lo oí se los cuento.

Mis agradecimientos públicos a la China y a su familia, que nos abrieron la puerta de su casa y nos atendieron de maravilla. Fueron tan gratas esas 24 horas, que amenazamos con volver... no sé cuando, pero hemos de volver.

Ver la GALERIA del viaje.


Relatos de otros pueblos:
Tingambato I
Tingambato II
Tlayacapan
Comala
Pátzcuaro

jueves, junio 15, 2006

Postdata

PASÉ.

El Pino y la Flor.

Antes:
¿Qué hacíamos en San Antonio?
Los Palacios

Ese lunes no éramos nosotros los únicos que andábamos en el cerro. Desde el fin de semana la mayoría de los muchachos y señores del pueblo andan en el cerro colectando flores. Pero no cualquier flor, no no no. Ellos van a cortar orquídeas, unas preciosas orquídeas moradas que, depende el año y las lluvias, pueden o no ser abundantes. Como este año empezó a llover pronto había bastante "lirio" como aquí le llaman, para la fiesta.

¿Y qué hacen con tanta orquídea? Cada varón lleva una vara, por lo general bastante alta, la cual forra en uno de los extremos con una gran cantidad de orquídeas. Los más animados llevan cruces forradas de flor. Otros bajan cargando ramas de pino. En todo caso, éstas son ofrendas florares que se ofrecen a San Antonio, con las cuales bajan del cerro a cuyo pie los recibe el pueblo con la banda por delante.

Ofrendas

La recolección se lleva mucho más arriba de donde nosotros quisimos (y pudimos) llegar. Es un esfuerzo que tiene su mérito. Nosotros pobres citadinos, subimos poco pero con eso tuvimos para llegar a casa de nuestra anfitriona en un estado de modorra morbosa persistente que parecía irreversible. Pero en realidad no era nada que un baño no pudiera remediar. Así que nos acicalamos y salimos junto con los chicas locales, que al grito de "antes muertas que sencillas" se emperifollaron al mas puro estilo duranguense, para ir a encontrarse con los muchachos al cerro.

Y aquí es cuando empieza la fiesta, porque a partir de entonces la banda toca una tras otra piezas típicas de nuestro campo michoacano, y una que otra adaptación de canciones de bandas famosas. Lo que sigue es ir con el santo y sus ofrendas baile y baile por las calles del pueblo, y como bailar da mucha sed, el agua hay que cuidarla y el refresco hace mal a los riñones, pues entonces hay que tomar vino (entiéndase tequila, ron, brandy, entre otros) y cerveza (no tienes que escoger). La banda se desperdiga entre la gente, y esto es el mejor ejemplo del "sonido envolvente" que la alta tecnología quiere lograr: Oyes la tambora por delante, el trombón y el clarinete a los lados y las trompetas por las espalda. ¿Qué más se puede pedir?

A ritmo de la tambora...

De vez en cuando la comitiva se detiene para gritar vivas al pino y la flor, y algún inspirado agrega vivas al pueblo, a su juventud y sus costumbres. Nosotros ni éramos de ahí, pero igual gritamos que sí, que viva y que viva, y que siga la banda porque si de algo teníamos ganas era de seguir bailando.

Si eres una muchacha con buen brazo, puedes pedirle a un muchacho su ofrenda, sin compromiso, nada más para también tú traer tu arreglo de lirios al hombro. Otro encanto de la fiesta son la mojigangas, esos monotes tamaño doble natural dentro de los cuales un bailarin muy aventando (porque lo hace casi a ciegas) danza de curiosas maneras por todo el pueblo. En este caso, todas las mojigangas eran llevadas por muchachas, que ante el peso de su encargo pedían trago de vez en cuando, y todo el que podía se los suministraba, no importa si fuera tequila o brandy o cerveza. Así como se imaginan que acaba alguien que revuelve tanto de todo, así exactamente acabaron, pero ni se notaba, porque desde el principio bailaban chistoso. Otro disfrazado de jinete con un caballito de trapo muy brioso anduvo también acompañando a la comitiva.

Mojigangas

Este jinete era de cuidado; con sus reparos
se andaba llevando a más de uno entre las patas.


Por poco y me olvido de mencionar que, si eres de los acomedidos que gustan de llevar al festejado en andas mientra la fiesta dura, es muy, muy probable que ese año contraigas nupcias, por lo cual nosotros nos abstuvimos de participar tan activamente. Hay cosas que es mejor no forzar.

La fiesta del día 12 acabó tan tarde que ya era temprano otra vez, y si yo fuera un santo y me festejaran así no podría tener queja alguna del pueblo al que apadrino. Y es que qué mejor que una celebración donde la gente te trate como al mejor de sus compadres, con esa naturalidad y algarabía, sin falsos tapujos ni remilgos, si no con toda la idea de que el Santo hombre se sienta como de la familia. Eso sí es cariño, cómo no.

Continúa en La Alborada

martes, junio 13, 2006

Los Palacios de San Antonio

Relatos previos:
¿Qué hacíamos en San Antonio?


Todo lo que es y lo que existe tiene un antecedente. Si uno escoge un lugar para vivir no veo por qué no lo harían otros antes.

San Antonio está en un valle muy fértil, dicen. Eso es algo muy atractivo para cualquiera. No es raro entonces que en el mismo lugar en el que ahora viven los parientes de la China se hubieran asentado primero otros grupos, que construyeran en las laderas de los cerros grandes palacios con piedra laja, con todo y su juego de pelota.

Este pequeño pueblo alberga los restos de lo que alguna vez fue una comunidad de los Tecos, grupo étnico proveniente de Jalisco con los que de rato en rato armaban agarrones los purépechas. Todo sea por la tenencia de la tierra, que en ese entonces el agua limpia era abundante. Para llegar ahí hay que aventarse una caminata de poco menos de una hora entre arbolitos, arbolotes, nopales con tunas y nopales con xoconostles, matorrales y vacas celosas de sus becerros. Por suerte, El Azul, un caballo muy noble tuvo a bien llevar a dos de nosotras hasta nuestro destino (yo, por ser primeriza y no saber dirigirlo, iba en ancas y a pelo... ni les cuento como quedó mi pantalón de sucio y yo de adolorida).

Una vez en el sitio, y después de tomar un litro de agua cada quién, nuestra anfitriona nos explica que la gente le llama Los Palacios, en referencia a su aparente función, nos dice qué estructura es qué y nos enseña unas cuantas piedras con grabados en forma de caracol y otras figuras que solo un antropólogo con mucha imaginación sabrá interpretar. El lugar está lleno de vegetación, no hay ningún letrero ni indicación y no se ha reconstrido nada: es decir, el INAH no se ha parado por aquí, la UMSNH ni se diga. La comunidad se ha encargado de cuidar y no destruir la pista de un pasado del cual nadie más se ha querido ocupar. Algunos antropólogos y estudiantes nacionales y extranjeros han venido a ver y fotografíar como parte de trabajos de tesis. De ahí en más, nada. Muy mal.

Antes de comer y para agradar a los ancentros, decidimos hacer un sacrificio. A falta de corderos u otros animales cuya sangre fuera preciada a los dioses, pensamos que nuestro único compañero varón debía ser cubierto de tal honor y gloria. Sin embargo, al final lo dejamos libre, pues no podíamos asegurar fuera un ejemplar inmaculado, como debe ser para estos fines.

Entonces nos dimos cuenta de que el hambre estaba haciendo efecto en nuestras cansados y asoleados cuerpos. Como siempre, llevamos más comida de la necesaria, pero más vale que sobre a que falte, que el recalentado siempre sabe más rico. A un lado de los palacios nos dimos a la tarea de juntar leña para encender una hoguerita cuyas cenizas serían la fuente de calor y sabor de nuestros tacos de papa y frijoles, según una costumbre local. Y pueden creerlo o no, pero sí sabían muy ricos.

Una vez comidos y descansados emprendimos el regreso. Esta vez la China iba a caballo y nosostros a pie. como siempre, el camino de regreso parece más corto y todo aparentaba ir bien. Pero antes de llegar al pueblo, yo tenía que llevarme un recuerdo imperecedero de este sitio, y un insecto volador con venenoso aguijón se encargó de que así fuera. Arremetió directo contra mi nuca y me provocó un ardor como nunca lo había sentido en mi vida. Imagino que fue una avispa, porque las abejas ya me picaron y no se siente tan feo. Compañeros al rescate, pelliscón de por medio. Fani tomó hojas de un árbol cuyo nombre no recuerdo y dio instrucciones de que me aplicara la savia lechosa que salía de los tallos. "Tiene propiedades antihistamínicas", dijo. Toda una química ella.

El ardor se desvaneció de a poco. Me quedó un roncha endurecida de 1cm de diámetro, más o menos, que también desapareció más tarde. Cuando llegamos a casa de Fani, luego de un baño, estábamos como nuevos para la fiesta. Y a la fiesta fuimos, pero es cosa de otro post.

Los Palacios: Estructura para el Juego de Pelota. Se puede ver un espacio rectangular más bajo que el resto del terreno alrededor. En los costados se observa, entre la hierba, unas escaleras

Piedras grabadas

Estructura que al parecer era la base de otro palacio. La que seve en la esquina inferior izquierda forma parte de la base más grande, y tal vez la más importante.

Taquitos cenicientos... mmm.

También comimos nopales recién cortados de la penca y asados en las brasas.

Continúa en El Pino y La Flor

Yo fui a San Antonio

Aunque aquí también se juega mucho al basquetbol, no es este San Antonio el hogar de los Spurs. No, no, no. Aquí también saben hablar inglés y cada vez hay más ciudadanos americanos (o al menos residentes) , pero éste San Antonio es bastante mexicano.

Está muy lejos de Texas, pero muy cerca de Morelia, en el municipio de Penjamillo y su nombre completo es San Antonio Carupo (carupo fue un animal parecido al guajolote, que parece que ya no lo crían más). Es evidente que el santo patrón de esta localidad es San Antonio de Padua, cuya fiesta es precisamente hoy, 13 de junio (felicidades a todos los Antonios, yo no conozco a ninguno... al menos no que frecuente mucho).

Mucha gente de aquí migra a las ciudades cercanas y al no tan cercano país vecino del norte, en busca de trabajo y estudios. Una de esas personitas es la ya muchas veces mencionada Fani, alias La China, compañera de andanzas, muchacha orgullosa de su pueblo que tuvo a bien incitarnos a escaparnos del trabajo con el fin de ir a atestiguar que todo lo que nos había contado de la fiesta del santo patrón era cierto y no inventos de su imaginación, y de que las fotos que nos había traído no estaba alteradas, sino que eran pruebas fehacientes de una florida realidad.

Y allá fuimos. Con la venia de nuestra jefa, hicimos san lunes cuatro monitos y nos dimos a la fuga en dirección a Guadalajara, por autopista. Daría el dato del kilometraje y el tiempo hecho, pero ya que no era yo chofer ni copiloto me entregué al dulce placer del sueño lo que duró el viaje, mientras no me despertara el pendiente de encontrar la salida del camino que nos llevaría a San Antonio (que no sirvió de mucho, porque tenía las instrucciones totalmente revueltas en mi cabeza).

Muchas fueron las cosas que hicimos para las escasas 24 horas que anduvimos por allá. Nos cansamos mucho, pero nos divertimos mucho también. Y lo que sigue serán relatos de lo que cuatro flores de asfalto (bueno, tres flores y un...¿musguito?) vivieron como huéspedes en un pueblo que le cantaba las mañanitas a San Antonio.


San Antonio Carupo desde la autopista. Rodeado de verde.

El estado no ha puesto señalamiento, así que los del pueblo tomaron sus medidas.


Continua en Los Palacios



jueves, junio 08, 2006

Por fin.

No hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla. Este miércoles presenté mi exámen, aquél que despertaba en mí complejos felipillescos, especialmente tres seguntos antes de dormir. Afortunadamente a diferencia de antes, cuando el cuerpo era más joven y aguantaba las noches en vela, a diferencia de entonces en cuanto cierro mis ojos mi conciencia se apaga sin mayor trámite y el sueño profundo no me permite sentir más culpa.

Sin embargo, tres segundos de angustia por noche siguen siendo muchos, además de que conforme pasaban los días esos tres segundos se iban acompañando de más y más horas diurnas. Es que además, no importa lo que se estudie, nunca se estará listo para ningún exámen de admisión, a lo que sea.

Ayer presenté mi exámen, decía yo, y no fue la muerte. Pudo haber sido mucho peor. En menos de una semana sabré las consecuencias de mis actos, al menos los relacioneados con la tan mencionada evaluación.

Lo pienso, y me dan ñáñaras, muchas.

domingo, junio 04, 2006

Fuga de tiempo...

Sigo buscando el tiempo que está de más en esta vida... y sigo sin encontrarlo.

A mí los minutos, horas y días se me siguen escapando como agua escurridiza entre las manos.


Simplemente no tengo remedio.

Y todavía quiero ir a ver la expo de Da Vinci y la Música... Digo, hay que aprovechar que Morelia es el primer lugar de América que la alberga. ¿Alguien puede transferirme un días extra?
 
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