martes, agosto 01, 2006

Para el hombre de bíblico nombre...

Hay cosas que duelen, mucho, poquito, nada. Y otras que solo preocupan, u ocupan, o asustan.

De irme, me asusta ser la nueva (pero es parte del encanto), me ocupan los papeles y los mil y un trámites, me preocupa dar el ancho.

No duele avanzar, pero duele poquito dejar compañeros y consanguíneos atrás.

Pero para doler, lo que se dice doler de veras, duele mucho dejarte a ti. ¿Ya ves? ¿Para qué no te vas conmigo?

Pero sí te vas, porque eres parte de mi equipaje, como quien dice, requisito indispensable para vivir y sobrevivir en cualquier parte. Te llevo en una foto y un peluche, en el último beso y muchos, de verdad muchos recuerdos. Te llamo en los sueños y en los ensueños. Sé que responderás porque nunca te has negado.

Pero no te vas porque tu vida se queda aquí, y aquí va a estar siempre. Y si tu vida se queda, la mitad de la mía también. Entonces nunca me iré por completo. Entonces he de volver, nada más a descubrir que irme, lo que es irme, nunca me fui.

Hay cosas que duelen mucho, poquito, nada.

Cuatro horas de distancia duelen mucho. Y no puedo dejar de pensar en eso, y me curo de dolor a priori pensando que siempre habrá un fin de semana, un receso, un puente, vacaciones que acorten el espacio, de allá hacia acá o viceversa.

Hay cosas que duelen, pero que las tienes que sufrir. No hemos de ser nada antes de pasar por ese fuego forjador. Entre más cale, más fuerte te hace, a menos que te chamusques en el intento.

Hay cosas que duelen, pero en lo que llegan hay que aprovechar el abrazo, el beso; hay que generar el recuerdo, para que esas cosas, cuando las tengamos enfrente, duelan menos, poquito, nada.

Je t’aime beaucoup


0 comentarios:

 
Copyright 2009 Soy yo, Nepita.. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan