viernes, abril 28, 2006

En el puro calor sin aire...

"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre..."

Yo no. Yo sí sé donde vive mi padre, lo conozco bien y sé dónde se quedó cuando salí a este viaje de bellos destinos y autobuses de mal agüero.

A diferencia de Juan Preciado, yo no llegué a Comala nomás para darme cuenta que no era más que un alma errante igual que todos los demás de este pueblo. Por el contrario, vine a encontrarme con toda la vida que Comala a cobrado al ser tierra de escritores, poetas y otros ilustres.

Es el Comala de Juan Rulfo, que han sabido cuidar muy bien; "Pueblo Blanco de América" le han llamado, porque su plaza, sus templos y sus casas suelen estar principalmente pintadas de blanco.












Templo de San Miguel Arcángel.









Portalito alrededor de la plaza central.










Plaza central



En esta plaza, muy limpia, me dí cuenta de que ya no existía el fotógrafo aquel que solía estar en la plaza de los pueblos, con un caballito de madera y que fotografiaba niños con cara de susto, en color, sepia o blanco y negro. En cambio, por $40.00, o $20.00 si tú ponías la cámara, podías tomarte una bonita foto con un animalito vivo, más propio de un zoológico o un circo que de una plaza de pueblo:








¿Si vieron al reptil albino, verdad?


Además, tenían montada una exposición con bichos y animales de la región, unos vivos, otros nada más aparentando:








Reptiles restreros habitantes de Colima.








Si les dijera que es una araña con tenazas ¿me creerían? Pues sí es. Con lo me chooooocan estos bichos. x_x








¡Ñiaaag! ¡Peluda!









Xoloitzcuintle. Nunca había visto uno, así de cerca y así de vivo. La verdad no está tan feo, espero que lo saquen a pasear de vez en cuando.











Pobre, tan acostumbrado a la libertad. Todo para que los visitantes se enteren de lo que se pueden encontrar volando sobre Colima.











Colección disecada 1.









Colección disecada 2.




Otro bonito detalle de la plaza es la existencia de un reloj solar, bastante exacto para su tipo:






El semicírculo que se ve de frente tiene marcadas las horas, en números romanos y arábigos. El otro semicírculo sostiene una vara con una figura en dorma de ocho, cuya sombra marca (justo en la constricción) la hora.










Aquí el reloj marca las 3:20 pm. ¡Coincidió con mi reloj!


Después de comer botana y tomar unas chelas en compañía de mi má (que otra cosa no se antoja en este lugar que es una brasa por sí mismo) nos preparamos para regresar a casita.

Yo feliz.

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