sábado, diciembre 20, 2008

Aquellas tardes vi llover...

Me encontré en la red, por mero accidente, con el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo de Gabriel García Márquez, un texto que no sabía que existía. Lo leí y me acordé de Uruapan, no como es ahora sino como recuerdo que era en mi infancia, cuando invariablemente íbamos a pasar allá las vacaciones de verano, ya sea en casa de mis abuelos paternos, o en la de mi abuelo materno. A ésta última es a donde me llevan los recuerdos de la lluvia, porque tenía una amplio jardín al frente que además daba a una calle inclinada por donde el agua hacía arroyitos a la menor precipitación. También tenía atrás un patio amplísimo, techado por mitad y hasta el fondo del mismo un pozo enorme de lo ancho de la casa y, creo, un par de metros de profundo. En esos espacios era donde me sorprendía casi siempre la lluvia, así como la del monólogo de Isabel, cerrada, monótona y aparentemente eterna. Yo estaba muy acostumbrada, ya sabía que cuando empezaba a llover así no iba a parar en un par de días, que por la mañana bajaría la intensidad del aguacero lo suficiente para salir a la tienda o a tirar barquitos de hojas de árbol y de libreta a los arroyitos de la calle, aunque me regañara mi mamá; y que siempre en la tarde parecía que se caía el cielo a chorros, sin mayor escándalo, con ese ruidito interminable: sss...

Luego, un día iba a volver a salir el sol, en un cielo azul brillante, y podía ir a la casa de mis otros abuelos, pasar por las barrancas que estaban escondidas entre el caserío del viejo Uruapan donde vivían, con sus arroyos llenos que llevaban el agua transparente entre las piedras a toda velocidad. Cómo me gustaba ese Uruapan y cómo me gustaba esa lluvia, que no podía ser de otro lado. Porque en Morelia llovía así muy de vez en cuando, la lluvia de verano enMorelia era, es todavía, intensa, copiosa, por toda una tarde, pero no más, salvo en algunas raras ocasiones. Y el llano, bueno, en el llano no llueve así, y está bien, porque de lo contrario se encharca.

Me acordé de Uruapan y me gustaron mis recuerdos. Y por eso es que me gustó el Monólogo de Isabel viendo llover y que me sigue gustando como escribe García Márquez.

2 comentarios:

Mario Samano dijo...

cómo es ahora uruapan?

Aura dijo...

Al Uruapan de ahora lo tengo que ir a conocer. Hace mucho que no voy a Uruapan a quedarme por muchos días. Llego y me voy el mismo día. Vamos al Paseo Lázaro Cárdenas, donde están las tiendas y los cines, y paseamos brevemente por el centro y el parque, que son los de siempre, tal vez con un poco menos de agua. Hace como un año pasé por una de las barrancas por las que pasaba cuando iba a casa de mis abuelos paternos: El arroyo tenía muy poca agua y estaba sucia. No recuerdo haber visto recientemente las otras barranquitas. Ya no paso por ahí. Uruapan ahora es una ciudad como cualquier otra, creció mucho, tiene mucho tráfico, y grandes avenidas, pero no puedo decir que lo conozco. Me pierdo. Tampoco he estado en tiempo de lluvias, pero supongo que sigue lloviendo mucho. No lo sé.

 
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