jueves, noviembre 27, 2008

Acerca de la Galería Montejo y la cocina yucateca.

Llegamos a Mérida a medio día. El taxista que nos llevó al hotel casi nos mata del susto. Manejaba rapidísimo, sorteando los coches al más puro estilo chilango y estuvo a punto de estrellarse con un trailer. Y yo adelante. Chale. Como sea llegamos, nos registramos en el hotel y luego en el congreso. Los primeros días fueron días de presentación de nuestros carteles y de responsable asistencia a dos que tres pláticas de nuestro interés, así que nos dimos a la tarea de recorrer el Paseo Montejo, donde se encontraba nuestro hotel.

Veíamos pasar las calandrias, muy monas ellas, y nos dimos cuenta que había algo así como una instalación permante a lo largo de todo el paseo. Arte de ése, que yo no entiendo. El tema central es la pésima relación que tiene el ser humano con su entorno, con eso que todos llamamos "el medio ambiente". He aquí algunas fotos (nota: los pies de fotos no tienen los títulos originales porque no me acuerdo de ninguno):

Un cuadrúpedo hecho de chatarra. Me encantó su cabeza de cilindro de gas y su patita de charola de balanza.
¿Vientos extremos? Rebautizada como "La casa de Dorothy", esta obra fue mi favorita.

Animales de la jungla en estampida. Abajo, una bonita calandria. Bueno, había más bonitas.

¿Qué va a pasar cuando la luz sol que incida sobre nostros contenga más luz UV de la que podamos tolerar, cuando el aire sea tan tóxico que no lo podamos respirar? Antes de morir todos, vestiremos como astronautas, con trajes gruesos equipados con tanques de oxígeno. Toda la obra fue hecha con desperdicios. El tanque está, evidentemente, hecho con botellas de cloro.
Agresión a la inversa. Golpe de las tierra en movimiento y reacomodo a una inocente salita de estar.
Así de frágil es el equilibrio ecológico (algo así era la idea del artista)
No me acuerdo del título ni de la intención. Pero se ve bonito. :P

Cree el artista que un día se necesitarán este tipo de estructuras para proteger a los árboles del adverso medio ambiente. No le han de gustar los invernaderos.

Otra cosa que hicimos en esos días fue comer en un restaurante que se llamaba Mi Lindo Yucatán, que ahora se llama El Borrego Acurrucado, pero que sigue facturando con su primer nombre. El chiste es que ahí sirven comida tradicional. Ahí probamos la sopa de lima, y los panuchos. Deliciosos. Hablando de comida, debo decir que el desayuno del hotel era una maravilla. Ahí probamos otras delicias como tamales torteados, relleno negro, polcanes y otras delicias yucatecas. Tengo que decir que la comida tradicional me conquistó, todavía ando buscando entre mis amistades de la península alguien que se anime a preparar la sopa de lima.

También pasamos por el centro, pero muy poco en realidad. Entramos al edificio central de la Universidad, chiquito pero muy bonito, con una fuente muy mona. y conocimos de fuera la Catedral (regáñenme por no entrar, el momento es ahora). Nada excepcional.

Pronto llegó el miércoles y con él la oportunidad de vagabundear por las ruinas del Mayab. Pero eso es cosa de otro post.

4 comentarios:

AA3 dijo...

El traje de astronauta si me dio miedo, creo que somos capaces de llegar a esos extremos.

Anónimo dijo...

Saludos a esas mis amigas del Sur!!!

George from Chihuas reportandose despues de una larga ausencia. Sorry!!!

Aura dijo...

Puede ser... pero puede ser que antes muramos (¿se escribe así?) de sed. Junous.

Heeeey Geooorge. Saludos muchos. ¡¡Repórtese más seguido!! :D

Mario Samano dijo...

en la catedral no te perdiste de mucho. tienen fotos de cuando juan pablo II estuvo orando ahí.

viste las bancas en la plaza con forma de manos?

 
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