Uno de mis hermanos putativos se fue a Europa y estuvo trabajando y paseándose (que no podía ser de otra manera) en aquellas tierras por dos meses. Llegó de regreso ayer. Cuando lo ví hoy, traía su "saco de Santa", es decir, la maleta con recuerdos para repartir. Me tocaron un separador metálico con forma de molino de viento handmade de Holanda, bieeeeen bonito y de €1.98 (en Europa no hay que quitarles las etiquetas, supongo, jaja, anyway, ¡gracias flaco!) y una barra de chocolate suizo. Cuando me los dió solo pude pensar: "Chocolaaaateeeee, mmmm...." (qué profundo, lo sé, pero es todo lo que necesito pensar en relación al chocolate). El chocolate no va a durar, en cuanto lo abra desaparecerá. Por lo que le tomé su foto (al separador también, claro) y ahí están ellos:
Luego les digo cómo está de bueno el chocolate. Habrá que hacer fiesta: si lo que hacía falta era el pretexto, ya está. ¡Bienvenido!
3 comentarios:
Gracias manita!! Y fueron traídos con muchísimo cariño para tí y también para mis hermanitas que las quiero mucho. Cabe señalar que dejar el precio a los regalos es lo que está de moda ahora en Europa JAJAJAJAAA!!! El osazooo... en fin!! Sólo espero que te haya gustado y que sepas que estuviste presente tú también por allá.
Un abrazooooooooooooote!!!
en bruselas vendían chocolates por todas partes... mmm... y también habían molinos de viento.
A ver, Sámano, y tú que me trajiste ¿eh? Ni si quiera arenita de Arizona... chale, me estás perdiendo Sámano.
---
Yo sé manito, es por mera moda... segurisíma. Nomás por que el chicolate está rebueno ya no te diré nada, jejeje.
Publicar un comentario