El tiempo corre sin ninguna consideración. Basta pensar que hace 10 meses iniciaba una etapa en la que no sabía qué iba a ser de mi vida como egresada de una universidad pública. Eventos ventajosos fueron dándose uno tras otro, al punto tal que hoy, casi un año después me encuentro otra vez a punto de terminar otra etapa, con mi futiro definido (al menos en idea) por los próximos dos años.
Estoy convencida que la vida hay que planearla a corto plazo, aunque siempre sea bueno tener idea de lo que uno quiere ser y hacer dentro de muchos años. Pero al pasito, éso es lo mejor que podemos hacer, pienso. Se hace camino al andar, dice la canción y yo no puedo estár más de acuerdo.
Eso sí, iniciar un nuevo ciclo siempre es toda una experiencia, conocer nuevos lugares, pesonas, experimentar diversas circunstancias, ponerse a prueba, correr riesgos. Sentir otra vez dolor de panza a priori. Especular, imaginar, presentir. Pero avanzar, siempre avanzar. Recordar lo mejor de lo que queda atrás y cargar sólo con eso.
¿Qué tanto vendrá? Solo el tiempo lo dirá.
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