jueves, septiembre 14, 2006

Quince días...

Bien, pues ya casi cumplo quince días y apenas ayer se me hizo ir al cine. No me sobra dinero, pero bien podría haberme dado el gusto de salir a conocer los atractivos de Puebloquieto el pasado fin de semana.

Pero si es verdad que estando la panza llena se tiene al corazón contento, también es cierto que al que bien duerme nada le duele. De martes a sábado cambié de fecha con la mirada clavada en hojas impresas, en un idioma que por más universal que quiera ser no será el mío nunca. El viernes ví el amanecer, o mas bien no lo vi, porque estaba en vela cuando sucedió pero mi mirada estaba absorta en la pantalla de una computadora. Luego entonces no puede tener mejor fin de semana que recuperar en lo posible las horas de sueño perdidas, que al dormir también se vive y si no pregunten a los que sufren de insomnio inexplicable, que son muchos en estos días.

Llegó el lunes, y las lecturas seguían llegando cual plagas antiquísimas, sin que parecieran tener fin. Y si bien es cierto que estoy aquí por gusto, todos los extremos son malos y la mente como el cuerpo requiere de válvulas de escape con cierta regularidad.

Así que a pregunta expresa de mis cohabitantes, no pude más que decir que sí, que por favor, que no nos tardáramos más y partiéramos rumbo a la sala de cine. ¿A ver qué? No sé, la cartelera es algo que hace mucho no consulto y de la tele nomás me acuerdo de vez en cuando.

Llegamos por fin y alguien sugirió ver Muerte súbita, por mí podríamos haber escogido al azar pues no tenía referencia de nada. Entramos y fue una agradable experiencia (excepto por la voz del convicto negro que es más enfadosa incluso que la mía, lo cual ya es mucho, pero mucho decir). Una película de acción típica de policias americanos, autos chocados, balazos, explosiones, chismosos, un héroe que no es la mejor persona del mundo pero es el mejor ejemplo del hijo pródigo vuelto para arrepentirse de todo y ser el mejor y más querido.

Nada que te exija usar el cerebro pues. Pude apagarlo entonces y sentir el agradable descanso neuronal como quien siente alivio de su sed en los mediodías atormentadores de Irapuato.

Hoy no hubo mas lecturas. Gracias, mil gracias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!

Aca el del norte que esperaba algun vestigio de vida tuyo. Que bien que al menos ya te diste un rato de esparcimiento, Ahora sabes exactamente como me sentia cuando el Oriental aparecio en mi camino. Pero ya luego dicen que sin dolor no hay gloria! Asi que no te queda de otra que hecharle ganas, que desde aca te hecho porras.

May the Force be With You!!!!

Aura dijo...

George!!!

Mil gracias, pues si. La verdad es que estoy disfrutando mucho, a pesar de las ausencias y de la friega. Vale la pena. de verdad que sí.

Gracias por tus buenas vibras. Tú también dale con todo que de eso se trata esto.

Saludos muchos, y qué bueno que de ves en cuando te des una vuelta por este rincòn. :)

 
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