sábado, julio 18, 2009

Singleton: Gracias por la visita.

Desperté con la sensación de que aún no era hora de levantarme, no había descansado lo suficiente y la luz que entraba por la ventana era muy tenue todavía. Cerré los ojos y me retorcí entre las sábanas. Sentí tu presencia; si todavía estabas en la cama, definitivamente era muy temprano para que yo despertara.

Cuando volví a recuperar la conciencia ya no estabas, pero tampoco se escuchaba un sólo ruido en la casa que diera indicios de que habías iniciados tus actividades obsesivas. ¿Dónde estabas? ¿A dónde te habías ido? ¿De verdad habías pasado la noche aquí? No, no, algo no está bien. Me incorporé y recorrí mentalmente las habitaciones de la casa. En la que estaba al fondo del pasillo dormía Lalo, enseguida estaba el cuarto de Miguel y abajo el de Mariana. Sólo había espacio para ti en mi cuarto, pero ¿por qué? ¿Por qué llegaste a dormir conmigo? Tú ni siquiera vives aquí, sino en Jaruata, con mi hermana.

Sentí un mareo. Tuve que cerrar los ojos y respirar profundo. A ver, tú no estabas aquí, ni estás en Jaruata tampoco, porque tú (y entonces todo fue muy claro) ya no estás viva...

Me levanté y en lo único en lo que he podido pensar en todo el día es en que se me olvidó tu muerte, tanto que te sentí durmiendo a mi lado, como cuando regresaba del rancho, cansada y harta de todo, y te quedabas conmigo para calmar mi ansiedad. ¿Cómo se me pudo olvidar si apenas hace tres días fui a visitarte, a ti y a mi padre, en sus nuevos nichos? Me estaré volviendo loca.

Eso o tal vez quisiste regresarme la visita. Tú siempre tan cortés.
 
Copyright 2009 Soy yo, Nepita.. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan