miércoles, julio 22, 2009

De la luna y los televisores.

Por ese entonces casi nadie tenía un televisor en Uruapan. Los pocos que lo habían comprado descubrieron que tanto cerro alrededor no dejaba pasar la señal. Acabó siendo ahí un invento inútil. Pero luego llegó el cable. Por sus condiciones, Uruapan fue de las primeras ciudades del país en contar con servicio de cable. Entonces sí, llegaban filas de trailers con televisores, las tiendas tenían lista de espera; todos querían tener su Philco, su Majestic, su Telefunken. Los grandes eventos venideros aumentaron la demanda. Pero tampoco eran aparatos muy accesibles, especialmente los de color. Así que hace 40 años, cada padre de familia tomó su gente y la llevó a la Plaza a ver cómo un ser humano pisaba por primera vez el suelo lunar.

En la plaza había varios puestos con televisores, para que todos pudieran ser testigos del evento. Había gran expectación porque la Coca-Cola se había encargado de hacer tanta publicidad como le fue posible. Repartía folletos con dibujos de todas las naves que se habían lanzado al espacio (incluyendo, por supuesto, las rusas) y llevaron un simulador de vuelo espacial, un cohetito en el que te encerraban y adentro del cual había una televisión a colores que mostraba como se desplazaba el espacio frente a tí mientras el artefacto se movía. Las filas para subirse eran enormes. En el radio se escuchaba mucha publicidad que de fondo tenía la pieza Así Habló Zaratrusta, de Strauss. En ese entonces no sabíamos que ya se había estrenado 2001: Odisea en el espacio de Stanley Kubrick.

Eran entre ocho y nueve de la noche. Había vendimia, pero todo el mundo estaba en silencio. Las televisiones sintonizaban el canal 2 del Telesistema Mexicano y se escuchaban las voces de Jacobo Zabludovski y Miguel Alemán. Neil Armstrong bajó del módulo lunar y dijo la frase que se volvería célebre en el acto. Mientras, todos en la plaza observaban atentos a los televisores, y de vez en cuando volteaban a ver a la Luna. Sí, ahí estaba sucediendo todo.

Fueron años interesantes. Un año antes también habíamos ido a la plaza a ver las olimpiadas del 68'; incluyendo la boda de Vera Chavlaska en la Catedral Metropolitana; un año después, volvimos para ver el mundial de México 70'. Hasta que la tienda Majestic y otras acabaron por dotar a cada casa de su televisor.

¿De verdad estaban emocionados?
Imagínate, es como si ahorita te anunciaran la primera misión tripulada a Marte. ¿Qué sentirías?

¿Qué sentirían?

2 comentarios:

AA3 dijo...

Si ahora se anunciara la primera misión tripulada a marte. Diriamos: chido y veriamos la transmisión seguramente o la youtuberiamos, twiteariamos, pero emosionados emosionados pus no ... ya nada nos sorprende y esa es nuestra desgracia (bueno una de varias).

Aura dijo...

¿Así, de plano? Yo sí estaría bien emocionada. Pero es que yo de todo me emociono.

 
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