Perdóname amor por estos días y los de antes, por esas tardes y sus noches, por lo dicho, pero sobre todo por lo callado; por mi insistencia, mi falta de claridad y por tanta distancia. Perdóname por estas lágrimas que son tan necias que han de mostrarse en abundancia sin importarles si les van a las palabras, por aún necesitarte y no ser capaz de ir a buscarte, por ser tan sensible a la nostalgia y confundirla todavía con el estado de gracia aquél en el que por tanto tiempo nos encontramos. Disculpa la debilidad y el cansacio de mi ser que me impide acompañarte por lo que resta del camino que ya no andamos. Perdóname amor por el cariño y por los daños, por este adiós tan esperado y tan forzadamente aplazado, por haberlo hecho llegar ahora justo ahora, que ya no podía negarlo y cuando ya lo habías olvidado. Perdóname amor, y si lo haces, te perdonaré haber sido tan dolorosamente adorable precisamente el día en que ya no había marcha atrás.