sábado, julio 12, 2008

No me vuelvo a quejar (de que no llueve).

O al menos intentaré no hacerlo, no volverme a quejar de que en Irapuato no llueve. Desde hace más de una semana, como en el resto del país, en el llano no ha dejado de llover. El martes tuvimos precipitación pluvial continua con exacerbaciones repentinas (pueden criticar el uso de los términos climatológicos, seguramente es pésimo). Ahora, en cristiano: Desde el viernes llueve todos los días y el cielo se ha mantenido nublado. El martes llovió todo el día, aunque la mayor parte del tiempo fue un chipi-chipi aparentemente inofensivo, por momentos la lluvia era bastante intensa. Las nubes no dejaban ver ni un poco de cielo azul y unas cuantas se encontraban a muy bajas, lo que generaba un paisaje un poco sombrío.


Ahora, debo aclarar que todo lo anterior no me molesta en absoluto; por el contrario, me agrada bastante y un día así, o una semana como esta me haría muy feliz, de no ser por un pequeño detalle: la incapacidad de los ingenieros de este país de construir y mantener un sistema de drenaje apto para estas circunstancias a pesar de lo comunes que son por aquí. O ¿de verdad es tan difícil? No creo.


El domingo, cuando el taxista que me llevaba a mi casa vio la magnitud del encharcamiento de la entrada del fraccionamiento, casi se decide a no entrar y a dejarme a mi suerte con todo y bolsas de despensa. No lo hizo, me llevó a mi seca calle pero me cobró más. La noche del martes no pudimos entrar. Después de la lluvia de 24hrs el riesgo de que el carro de mi compañera de casa se quedara varado a medio charco era tal que preferimos refugiarnos en casa de alguien más del laboratorio en lo que bajaba el agua. Finalmente, pasadas las once de la noche, sentí la calma que da acostarse en la cama propia cuando se pudo haber pasado la noche como refugiado.


Está bien, no me vuelvo a quejar de que en Irapuato no llueve, porque de todos modos cuando sí llueve no hay drenaje que lo soporte. Y también voy a reconocer que este no es un problema único de esta ciudad asentada en un llano infinito. Es justo reconocer que es un problema general en este país, y en muchos otros. En pocas palabras: no me quejo de la lluvia y los días nublados, si no del drenaje; y no me quejo de Irapuato, sino de la mala ingeniería civil nacional.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un primo de nombre sacado de quien sabe donde, Zambri, es Ingeniero Arquitecto, trabaja allá pues en la cuida (traigo ese toque de pueblo por leer a Rulfo), su asunto es revisar el sistema de desagüe de los edificio móviles -Yo hago los cálculos y el diseño, pero los pinches albañiles hacen lo que quieren, se justifica. La verdad es que le giran un varo con el cual me invita las chelas en Chilpancingo cada vez que voy.
Que pena, ni modo.

Aura dijo...

Pues el punto es que, ya sea desde el diseño o por negligencia durante la construicción, los drenajes de este país es pésima. No importa si son o no ciudades con edificios móviles (algo que aún no logro concebir).

 
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