Bien, pues no estaba tan equivocada, excepto por un detalle. Esta experiencia ha sido mucho menos estresante de lo que esperaba. Lo he disfrutado maravillosamente y existes muchas razones para ello.
Por un lado, en este momento sólo esto teniendo cursos teóricos. A pesar de la complejidad de los cursos, el estrés compartido siempre es menor. Para esto claro, se requiere de un conjunto de personas dispuestas a enfrentar con humor las angustias comunitaria. Cuando no son una, ni dos personas, sino 7 u 8... bueno, esto se convierte en una eterna fiesta, que va desde los comentarios más simples hasta el más elaborado humor negro.
Simplemente no puedo ser más afortunada: hago lo que me gusta, comparto la experiencia con gente que posee un gran sentido del humor y el instituto ha logrado que me ponga la camiseta.
Precisamente en días pasados nuestros esfuerzos estudiantiles fueron enfocados a disfrutar de las fiestas de aniversario: conferencias muchas, alimento gratuito elegantemente servido y (ya por nuestra cuenta) largas noches de ofrendas a Baco y Terpsícore.
¡Qué hermosa es la vida de estudiante!
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