viernes, abril 06, 2007

XXV

Hace veinte días cumplí veinticinco años. Un cuarto de siglo es mucho tiempo. Más cuando pienso que hace 10 años estaba a punto de egresar de la secundaria y empezaba a tomar decisiones sobre mi vida.

Recuerdo muy bien cuando pensaba que alguien de 25 años era todo un adulto, un señor, o una señora, casi. Bien, pues ahora, transcurridos los años, de adultez (y la madurez propia de los años) no siento tener mucho. Quien sabe si llegará algún día. También recuerdo cuando veía a la gente de esa edad creía que se vestía muy anticuada para mi gusto (y yo nunca fui muy trendy). El jueves pasado fuimos al Día de la Rosa, en Guanajuato. Unos cuantos grupos de chiquillos preparatorianos o de primeros años universitarios andaban por ahí con su disfraz de chicos lacios de comercial pantene, con flecos a media cara, expresión de angustia crónica y ojeras artifiales, mangas a rayas y cuerpos lánguidos nos hicieron sentir vieeeeeejos, porque claro, ahora nosotros éramos los anticuados... cielos.

Pero el tiempo no pasa en valde, y no necesariamente esta tiene que ser una expresión negativa. Despues de tantos años, no esperaba por ejemplo, hacer nuevos amigos. Para mí, mis amigos estaban hechos. No los veo seguido pero ahí estaban siempre cuando uno requería una buena oreja para depositar las penas, las alegrías y las cotidianidades sobresalientes. Eran ellos, pocos pero buenos, los que había pasado la prueba del tiempo y de la distancia, los que estaban inscritos como miembros únicos en mis colección de personas que valen penas mayores. Sin embargo, mi aniversario de plata (que solo el nombre tuvo de ese metal... en fin) lo celebré tanto con la familia (oh, gracias), con esos viejos amigos, pero también con los más recientes, quienes han sido una agradable sorpresa a estas alturas de la vida.

Otra bonita nota de estos años fue celebrar al lado de mi compañero de vida. Tantos años juntos y tantas sorpresas aún. No tiene precio.

A todos los que estuvieron conmigo, de cuerpo presente, vía telefónica o electrónica: Gracias.

Los festejos del Vigésimo Quinto Aniversario han culminado.

A lo que sigue.
 
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