martes, mayo 30, 2006

"Hay más tiempo que vida"

¿En serio? ¡Yo lo necesito! ¿Dónde lo consigo?

¿Dónde?

¡¿Dónde?!

¡¡¡¿Dóoonde?!!!

...

...

...

Perdón... fue un lapsus.

sábado, mayo 27, 2006

Como polilla

Casi todos los seres vivos tenemos cierta atracción a las cosas brillantes. Los humanos, por supuesto no estamos exentos. Las primeras fuentes de luz para la Tierra fueron los cuerpos celestes, que incluso fueron inspiración para religiones varias y cuentos incontables.

En la tierra el hombre temió al fuego, fuente de tragedias, hasta que aprendió a controlarlo (por lo general) y logró que fuera fuente de luz, calor y carnes asadas los domingos. Sin embargo nunca ha perdido su fascinación por él (eso). Muchas veces he estado frente a una fogata en una noche de invierno, con café, ponche o tequila (lo que sea es bueno), y me he quedado viendo el danzar hipnótico de las llamas que surgen de la madera con gasolina cual espectros de otro mundo.

Es para mí un deleite caer en el cálido encanto de la flama, con la mirada perdida en el espacio que ocupa, eso que está ahí, lo puedes ver y serntir por su calor a la distancia, pero nunca, nunca lo podrás tocar. Por supuesto, no es sólido o líquido, pero no es ni siquiera un gas; es como un fantasma bailarín de colores muchos, según lo que se esté quemando, y qué tan bién lo esté haciendo. Es plasma, dirán los entendidos, un gas permanentemente ionizado...si si si. Pero ni eso alcanza para definirlo, para entenderlo.

No soy piromaniaca, que conste, no hay nada que me angustie más que un incendio, pero la llama feliz (dijera Bob Ross) y controlada de una fogata a medio patio, siempre va a generar en mí esa necesidad de observarla hasta que mis ojitos lloren de la impresión (o el exceso de estímulo por ver directo a la fuente de luz) y prefieran voltear a percibir la imagen mi alma gemela que ya para entonces, ponche en mano, me habrá preguntado si acaso sigo en este mundo.

jueves, mayo 25, 2006

La peli...

ADVERTENCIA:
Si no has leído el libro, ni visto la película y no quieres saber el "gran misterio" (o parte) NO leas este post




Pues sí, ya la vi. Como no he leído el libro ni había indagado nada sobre el gran misterio que "revelaba", pues hubo un ligero elemento de sorpresa. Y digo ligero porque en realidad esa historia del Jesús humano, con María Magdalena como su esposa y la posibilidad de que Jesús hubiera dejado descendencia no es nada nueva. José Saramago ya lo había planteado en El Evangelio según Jesucristo (muy bueno, para el que le interese). Y hasta la serie mamila (perdón a los fans) de J.J. Benitez lo insinúa (hasta donde me quedé) junto con otras ideas bastante más marcianas.


Además, los historiadores también le entraron a esta moda del Cristo más humano que nunca, ya tienen rato, incluso, los documentales dde Discovery, History y NatGeo (se oye tan... curioso) que hablan al respecto.

Entonces ¿qué? Pues sí, me gustó; está entrenida. Comercial, claro que lo es, pero eso ya lo sabía.
En cuanto a Tatou, también me gustó su actuación, aunque con esos ojotes es difícil verla enojada, pero lo hizo bien. Era sospechable que ella tendría algo (o todo) que ver con el linaje de Jesús.


Bueno, ya, contribuí al éxito en taquilla, no creo que eso me quite el sueño.

miércoles, mayo 24, 2006

Cuando bajaron las estrellas...

Recuerdos... todo son recuerdos en esta vida.

Hace diez años vivía cerca de Ciudad Universitaria. Todavía había mucho terreno baldío tanto fuera como dentro de las bardas universitarias. En éstas épocas del año era un placer salir de noche a ver (o, en el caso de mis hermanos y mis vecinos, a cazar) luciérnagas.

En las épocas de lluvias de aquellos tiempos, como las que están entre que empienzan y no, la cantidad de insectos fluorescentes era impresionante, al menos para mis ojos de niña primeriza en las cosas de este mundo.

Luego, la universad construyo más edificios, porque a los de conta no hay campus que les alcance, y en la colonia empezaron a contruir más casas porque los hijos crecen y ocupan las suyas. Las luciérnagas fueron cada vez menos.

Hoy vivo en el otro lado de la ciudad, otra vez hay mucho terreno baldío, y hoy, después de unas cuantas aguas, de nuevo pueden verse el montón de lucecillas parpadeantes frente a mi casa, cual estrellas verdes que atinaron a caer justo aquí en mi barrio.

Qué bonito...

lunes, mayo 22, 2006

La mujer del código

Audrey Tatou es buena en su trabajo. Supe de su existencia, como la inmensa mayoría en este planeta, por su actuación en Amélie, una cinta francesa maravillosa. Me fascinó porque el personaje central (interpretado por Tatou, por supuesto) también se la vive ensoñando, además de que me identifiqué con algunas manías como la de meter la mano a los sacos de semillas (se siente rico, ¡de veras!, ¿Nunca lo han hecho?,mmm, muy mal).

El punto es que la película, y su actuación en especial son muy buenas. Y no sólo lo pienso yo, sino muchos otros. Ha hecho más películas, claro, que aún no he podido pero tendré que ver un día de estos. De ellas he leído buenas reseñas.

Tatou llegó a Jolibud con la película polémica del año: El código da Vinci. Y, contra mis primeras declaraciones, iré a verla.

No he leído el libro, tenga cierta aberración a los libros que se ponen de moda, en primer lugar porque su precios se elevan demasiado, y en segundo, porque por lo general no me gustan (aunque también es cierto que ya tiene rato que no leo nada de nada... de nada). Luego entonces, tampoco pensaba sucumbir a la fiebre peliculesca.

Pero ¡ah!, no contaba con su astucia, dijera el Chapulín; tenían que poner a esta mujer en un de los protagónicos. Entonces sí voy a ir, en miércoles bara-bara, pero voy a ir. Ya desde ahorita siento la culpa de ser parte de las estdísticas que van a provocar que esta sea la película más taquillera de la temporada, pero ni modo, a Tatou la tengo que ir a ver al cine.

Mea culpa.

miércoles, mayo 17, 2006

Y que llueve...

... toda la tarde en toda la ciudad. Una lluvia fuerte y cerrada. Y yo trabajando.

Cuando salí ya no llovía

T_T

y yo con ganas de quedar echa una sopa.

Otro día será.

martes, mayo 16, 2006

SE SOLICITA caballito de mar

El hipocampo es un área del cerebro que se encuentra en el lóbulo temporal, cerquita de la amigdala y el cerebelo. En cristiano: Esta en el centro de la parte de abajo del cerebro. Se llama así por que algún anatomista, de esos con mucha imaginación, lo vio con cara de caballito de mar, y le puso el mismo nombre.

El hipocampo es el responsable, entre otras cosas, de algunos tipos de memoria y del aprendizaje espacial y de lugar (de la ubicación pues). Se dice que en la vejez, lesiones en el hipocampo contribuyen a la demencia típica de esa etapa de la vida.

Yo me pregunto entonces, yo que siempre me pierdo y todo se me olvida
  • ¿tendré problemas hipocampales (la palabra existe, lo juro, es un término médico)?
  • ¿qué va a ser de mí cuando tenga la cabecita blanca y arrugas por todos lados?
  • ¿podrá la ciencia médica futura algún día usar células madre para reparar hipocampos dañados?
  • ¿por qué me angustio tanto?
  • ¿por qué empecé a escribir sobre esto...?
  • ¿dónde estoy...?
...
...
...

Ya me dio miedo, mejor me voy.

sábado, mayo 13, 2006

Lobo, lobo ¿estás ahí?

Génesis.

Siempre he sido ensoñadora. Es decir, siempre ando imaginando cosas raras y sin sentido mientras voy caminando por la calle, cruzando el libramiento, mientras como, leo, hago el quehacer, estoy en clases aburridas... excepto cuando veo tele, yo veo tele para apagar el cerebro un rato y descansar de ensoñar.

Por ende, soy una persona sumamente distraída. Todo se me olvida, mi memoria a corto plazo tiene la capacidad mínima necesaria para sobrevivir. No me han atropellado, no sé porqué; no me he matado en un accidente provocado por mí misma, porque mi instinto de supervivencia es suficiente para compensar mi falta de atención. Pierdo todo: lentes, llaves, carteras, credenciales, con frecuencias récord.

Soy pues, una habitante permanente de la luna (ya quisieran los gringos mi situación), y a veces, cuando lo cotidiano, lo terrenal, es apremiante, esta condición llega a ser exasperante.

Así que, pensando, pensando, me puse a buscar el origen de mis angustias. Creo que lo encontré.

Desde último año de secundaria, hasta primer año de la licenciatura sufrí de insomnio crónico. La noche era buena para todo: hacer tarea, leer, dibujar (desde paisajes hasta modelitos de diseñador), escribir (auténticos poemas de secundaria), imaginar cualquier clase de historias singulares, por lo general ubicados en la edad media, con elementos de magia, amores épicos y personajes míticos. Para todo era buena la noche, menos para parrandear, que mis pás no iban mucho con eso y yo no era muy reaccionaria para contradecirles, y por supuesto, ni pensar en dormir. Eso simplemente ya no era una opción.

Los días de esos días (valga) servían para intentar reponer el sueño, con siestas de una hora que no funcionaban. Después de un tiempo, yo me la vivía imaginando de día lo que en la noche no podía soñar. Inauguré formalmente la dimensión alterna en la que me instalaba por momentos, y descubrí que una puerta transdimensional se aparecía cuando menos lo esperaba y transportaba mis objetos a la otra dimensión. A veces no los volvía a encontrar.

Después de segundo año de la licenciatura mi ciclo del sueño se regularizó, pero mi ensoñación no desapareció. Desde que manejo y trabajo he tenido que hacer esfuerzos sobrehumanos para mantener los pies en en esta tierra. He tenido grandes avances, pero sigo ensoñando.

En realidad no quiero dejar de hacerlo. Este mundo es a veces muy complicado y estresante. O yo soy muy simple y estresable. La válvula de escape está ahí, siempre a la mano. Nada más fantástico. Cualquier pretexto es bueno, pero desde hace tiempo, suelo ensoñar contigo. Sobre todo cuando no te veo, porque entonces todo es más fantástico.

Mis tiempos de insomnio son el origen de mi caos, y también de mi afición a las brujas (no como las conoce la mayoría sino como yo me las imagino).

En fin.

jueves, mayo 11, 2006

Gris, hermoso gris (A blue post)

El calor llegó a ser insoportable desde las once. No hallaba sosiego dentro de mi sudorosa piel y eso que no hacia más que andar dentro del blanco y por lo general fresco laboratorio. El cielo se veía azul. No demasiado azul, porque un incendio que no se alcanza a ver por ningún lado ha dejado su fumarola inundando la ciudad y ha provocado que los cerros más lejanos se vean, también, más azules.

A punto del delirio claustrofóbico dentro de mí misma, ya que mi cuerpo dilatado por el calor no cabía en el espacio que tenía asignado, imploraba por el regalo divino de la lluvia. Pero la tirana claridad de la bóveda celeste no parecía compadecerse de los sudorosos (y, en algunos casos, hediondos) mortales. Así, con la sensación de ser nosotros mismos un platillo al horno, salimos a comer.

(Las aguas frescas son el mejor invento del mundo, especialmente si la fondita las ofrece ilimitadamente. Se acabaron dos jarras antes de que llegara el guisado y fue lo único que nos permitió olvidar la temperatura atmosférica. )

Finalmente llegó la lluvia. No como hubiera querido, sino una lluvia tímida, lánguida, que sólo por un momento se convirtió en un aguacero efímero, y que nunca pudo ensombrecer al sol infame. Resultado: En lugar de cocernos al horno, nos cocíamos al vapor. ¡Ay, no!

Ya en la segunda parte de mis labores, por la ventana descubrí el más hermoso paisaje: Un cielo completamente gris, sin un solo trazo de azul. Los árboles se mecían más de lo normal y las hojas y las bolsitas de papitas recorrían el piso velozmente. Abrí la ventana y un ventarrón fresco entró dando paz a mi afligido organismo.

¿Quién dijo que el cielo más hermoso era azul? Claro, a ese de seguro no le sale salpullido por exposición al sol.

¡Sí funciona!

Muy bien, despues de casi 15 días, puedo dar mi veredicto:

El brebaje rosa funciona:
  • Eliminó toda molestia en la faringe.
  • Fui capaz de comer nieve de galleta, con chocolate derretido y chocochispas, y no perdí la voz.
  • A 5 días de dejar de tomarlo no he presentado recaída.
Así que puedo con toda la tranquilidad de conciencia recomendar este remedio casero para evitar que se vuelvan dependientes de los pañuelos desechables, los antihistamínicos y/o antibióticos de cualquier generación, cuando el trabajo/escuela apremie.

¡Un hurra a los remedios caseros!

lunes, mayo 08, 2006

Museo Viviente

Pátzcuaro es un pueblo mágico. Y no porque lo diga la Secretaría de Turismo. En esta ciudad he vivido momentos hermosos. Me he mojado bajo la lluvia en el muelle (yo me mojo bajo la lluvia en culaquier lado), he compartido la mesa con muy grata compañía, perdí a mi madre (la volví a encontrar hasta que regresamos ambas y cada quien por su lado a Morelia), he paseado por su centro uniforme en días solitarios (muy pocos) y días bastantes concurridos (los más).

Es una ciudad que me gusta mucho. Primero fue por su lago al que, al menos que la nostalgia me traicione, conocí en tiempos en los que entre el muelle y las islas solo había agua. Luego por el centro (que para mí es toda la ciudad), en el que con un poquito de imaginación, se puede ver la vida de otros tiempos. Con todo y eso, nunca podría vivir ahí. Me sentiría intrusa, como puesto ambulante a media calle. Y es que la veo como una ciudad museo, una hermosa galería viviente a la que soy libre de entrar y salir cuando quiera, pero en la que jamás nunca podría irrumpir con insulsas cotidianidades.

Continuando con lo primero, uno de esos días con mucha gente y poca paz fue el pasado Sábado de Gloria. A un día de haber llegado de la playa y de haber conocido Comala, fuí con un grupo de consaguíneos de varios grados a recorrer una vez más esta ciudad. Un día antes, en Morelia, habíamos presenciado la Procesión del silencio (que gracias al exceso de turista, por poco pierde el nombre), así que no esperábamos encontrar nada particular.

Sin embargo sí lo encontramos. Primero la Plaza Vasco de Quiroga contenía un gigantesco tianguis de artesanias, muchas y variadas, unas baratas, otras muy caras; eso fue lo de menos ya que no tenía yo un solo quinto y por ver todavía no cobran. La danza de los viejitos (que nunca me canso de ver) se llevaba a cabo en el centro de la plaza y era vista por varios turistas de todos lados, idiomas y colores.

Lo más raro fue que al atardecer cerraron el centro "para la marcha del silencio"... Hasta donde yo sabía, esta procesión siempre era en Viernes Santo. Pero aquí no. En Pátzcuaro el Viernes Santo hay una procesión de Cristos (el próximo año tendré que verlo) y la del Silencio es el Sábado de Gloria. Esta tradición católica siempre me ha impresionado, una, por los encapuchados, dos, por el silencio casi total que suele imponerse, y finalmente porque al final, las mujeres vestidas de negro, con mantilla en la cabeza, cargan a hombros un imagen por general tamaño natural, de la Madre Dolorosa, igualmente ataviada con ropajes negros. La imagen suele estar en una base de madera sobre la cual, además, se colocan mil flores y veladoras. Debe ser muy pesado, y las señoras (algunas ya de edad) la cargan por la larga ruta de la ciudad, que además no está pavimentada, sino empedrada.

Detrás del cortejo fúnebre iba un grupo de personas ataviadas como los católicos suelen representar a los hebreos en tiempos de Cristo, cargando mantillas con los distintos símbolos del tormento de éste. Por ahí iba también un personaje que parecía mas bien romano, y sus esposa. A mí me dió la impresión de que era Poncio Pilatos.

La procesión terminó ya muy noche. Nosotros salimos de regreso a casa antes de que acabara y me quedé con más imágenes para alimentar la nostalgia cuando eso sea todo lo que tenga en la vida.





Adioses

En memoria a un perro que conocí por foto, pero que me recuerda a otros perros que conocí muy bien y que nunca supe cuando murieron (porque no sería normal que después de tanto siguieran vivos) y nunca pude dar condolencias a sus benévolos dueños.



















Bonito Brujo. Sorry George.

viernes, mayo 05, 2006

Vaciones y feas obligaciones

Heme aquí disfruntando de mayo, que este año es prácticamente de vacaciones para quienes estamos unidos a las dinámicas escolares.

Si bien sólamente deben ser feriados el 1 y el 5 de mayo, en mi alma mater también es feriado el 8, por que ese día nació Miguel Hidalgo, y como todos vamos a celebrar el cumpleaños del notable anciano, progenitor de esta patria nuestra de gente que se lava las manos para decir que las tiene limpias o chachalacas que no se callan, que tuvo a bien vivir en Valladolid, estudiar en lo que iba a ser la UMSNH y luego ser Rector de la misma, pues ntons no va a a ver clase, en particular la facultad donde laboro se cierra todo y solo que hayas pedido un bonito oficio firmado por la dirección podrás pasar. Yo no tengo prisa, por mí nos vemos el martes.

Luego, el 10 de mayo, pues es 10 de mayo, y el 15, también, y como 3 de cada cuatro días feriados caen en viernes o lunes... ¡Vacaciones!... Otra vez.

No crean, a veces se enfada uno de rascarse el ombligo, pero yo no me lo puedo estar rascando porque tengo que estudiar. Tengo exámen en un mes... uno grande, importante y difícil. Me dan ñáñaras de pensarlo y cada vez que veo uno de los libros que tengo que leerme da el síndrome de Felipillo (el de Mafalda) y hago todo menos eso, hasta que la conciencia me empieza a fregar con aquello de ¿cuánto habrías avanzado?, Ya hubieras acabado el tema tal, ya se te fue otra semana, etc., etc., etc., etc. Es cuando agarro mi libro, me pongo a leer un rato... hasta que se me atraviesa la tele... ¡chín!... lo bueno que ya no tengo cable...

Hoy, 5 de mayo, mientras se celebra una victoria que no expulsó a nadie y mientras los Mexa celebran en EU un día de la independencia que no es tal, yo me voy a aprovechar el tiempo que no ocupé para trabajar en hacer lo que mi má me dijo que tenía que hacer y luego en estudiar, porque ya no tengo cable.

miércoles, mayo 03, 2006

Ya se pueden dejar comments

^_^

Infamia climatoinmunológica

Muy felices comíamos mis compinches y yo, con la noticia de que el Barça fue campeón (que si bien no es mi mayor alegría, sí lo es del objeto de mis ensueños, ntons, yo tengo que saber) cuando después de un airecillo fresco cayó una lluvia furte y cerrada como de media hora acompañada de unos momentos de granizo... como en pleno agosto.

Yo insisto que el planeta ya está entrando en menopausias. Y es que la ciudad tiene bochornos en épocas de frío y cae granizo en los meses en los que lo normal es sudar tremendas calenturas. O luego le da por cambiar de tiempo (climatológicamente hablando) hasta tres veces en un día, cuando lo normal era un clima muy decente rodeando el rango de lo templadón.

Lo malo es que como yo me enfermo cada vez que cambia el clima, normalmente 4 veces en un año, ahora que el planeta agoniza, yo me muero del susto, porque me puedo enfermar hasta tres veces en un mes, como está bien documentado.

Pero ahora, ante los primeros síntomas y adelantándome a cualquier adenovirus o cualquier otra estreptocosa que me pueda dejar inválida frente al sillón a dieta de tés, decidí probar una receta antigua que recientemente me ha sido revelada:

  • 7 cebollas moradas picadas
  • 7 cabezas de ajo picadas
  • Mucho jugo de limón (suficiente para cubrir a las liliáceas destrozadas)
Dejar fermentar la mezcla tooooda la noche y tomar 5 cucharadas del jugo en la mañana y 5 en la noche por 5 a 7 días.

Yo no sé si aquello del 7 tenga alguna referencia cabalística para que haga efecto. Pero como yo no soy de esas ondas, nomás piqué una cebolla y un ajo, y con eso fue suficiente para acabarme un kilo limón. Además, mis sensibles ojitos no me iban a perdonar que picara más cebolla morada, que es más agresiva que mi gato enojado.

¿A qué saben? A 10 de mayo. ¿Qué se siente? Si tienes la faringe y las amígdalas como globo de 14 de febrero (grandototas y rojototas), la primera cucharada aaaaarrrrrde, la segunda ya no tanto y las otras ni las siente... así de potente es esa cosa. Hasta se destapan las vías respiratorias.

A ver qué resulta.
 
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